"Tú tienes que amarme, escucha la ciudad. Lloran con mis penas, si salgo a cantar. Tráeme el desayuno, mantenme hidrata’. Haz lo que te pida, te llevo a cenar" (Rosalía, Brillo)
J Balvin sigue siendo el artista urbano de la década en Latinoamérica,
pero esta vez pensó mas en la estrategia de encontrar a “su gente” por los alrededores
del mundo que en la música como expresión de su arte y personalidad. Pero como
dicen por ahí, es un disco bueno.
La gente (¿Mi gente?, ¿su gente?, ¡cuál?) se está poniendo de
acuerdo en que el disco de J Balvin es bueno. Bueno, es bueno, ¿Pero tan
bueno?...Mmmm, Como ya sabrán J Balvin es de lo más interesante que salió en el
género urbano en la última década, un artista que alcanzó el éxito con el hit “Ay Vamos” y que redobló la apuesta haciendo algo que parecía casi imposible: Lanzar un disco grandioso
que contenga temas de reggaetón en pleno 2016.
Ese álbum era "Energía" una sorpresa para el oído de muchos melómanos
pues poseía un condimento que el género dejó de buscar hace mucho tiempo para
rendirse a lo comercial, estamos hablando de la “ambición artística”. Aquel LP
de buena portada contenía temas de tropical house, una balada a guitarra y lo
que no sabíamos que le quedaba tan bien a este personaje, el trap, y eso que
fue meses antes a que Bad Bunny llegará al estrellato popularizando el género
en Latinoamérica. Los productores de Energía fueron unos visionarios, claramente.
¿Y que tenemos ahora? Pues todo lo contrario, tal parece que
la misión del colombiano por convertirse en el Drake latino está llegando a su
etapa de perfeccionamiento con este Vibras (por vender su talento, seamos sinceros),
un disco sin evolución, sin ambición, sin nada (hasta la portada parece hecha sin pretensión). Está más claro que el agua que
las intenciones ahora son irrumpir el mercado estadounidense donde Balvin se
vende como un reggaetonero cool gracias al megahit “Mi gente” aunque yo no descarto
que “Safari” con Pharrell Williams ya haya hecho un poco de ruido.
Eso sí, el trabajo presume de una sofisticada producción y
un enganche de canciones que da muchos resultados. Apenas le das play es difícil
que le vuelvas a dar una pausa o pasar a la siguiente canción, pues los tracks están
engranados perfectamente uno detrás de otro para reproducir el disco al
completo siendo así un soundtrack perfecto para el verano, nada más que a la hora de la verdad eso no es lo de
verdad importa, la importancia de un disco están en las canciones que tenga y aquí hay unas cuantas
espantosas que solo colaboran para vender más el material (por spotify).
Por otro lado, hay colaboraciones poco usuales para un disco
de reggaetón, siendo específicos 2, la de la mexicana Carla Morrison y
la española Rosalía, dos artistas con ya cierto ruido internacional (la primera
fue reseñada por Pitchfork y la segunda por The Needledrop). Con ellas se hace
un intento forzado de crossover cuyo resultado es muy positivo, el problema es
que destacan demasiado dentro del álbum eclipsando al artista en cuestión y eso
daña al disco en general que si hacemos un resumen posee una canción de cada
una de ellas, otra de Wisin y Yandel (la peor del disco) y otra de Zion y Lennox. Las
demás son de Balvin y suenan parecidas.
El disco comienza prometedor con Carla en “Vibras”, una
intro de un minuto que ojalá hubiese durado más porque suena genial, la
evolución de la mexicana la está llevando hacia estilos más electrónicos y este que escuchamos acá puede ser un indicio. El tema termina con una base ralentizándose y luego descubrimos
se trata de nada más y nada menos que “Mi Gente”, aquella canción que ahora estando a solo días del evento, nos percatamos que era el himno perfecto para el mundial
de Rusia. Es un buen tema pero quizás no suena tan rompedor quí, su gancho es tan
repetitivo que por momentos aturde, pero ver golazos mientras esto de fondo es
otra cosa.
Le sigue el otro single “Ambiente”, un mombathon muy tropical
con voz medio de Tony Dize (gracias al autotune) que se siente muy agradable, para pasarlo bien en las playas
cuando el verano llegue. Luego tenemos a “Cuando tú quieras” y este sí que tiene un buen gancho, medio dubstep y resultón, un estribillo de entre lo más destacable que encontraremos en el disco. Bailar
ya no es una elección con este tema sonando.
En “No Es Justo” se va acercando una guitarrita a la que ya reconocemos, no es otra que la canción de la discordia que hizo que Alex
Synteks volviera a arremeter contra el reggaetón (Tranquilízate, ya estas
viejo). Aunque suene extraño para los haters del perreo del pasado, Zion y
Lennox colaboran de manera decente en esta pista que no es otra cosa que un tema
que pudo haber salido hace 10 años. “Ahora” es otro tema que ya escuchamos en
su momento (¿cuantas van? ¿5?), uno muy monótono que recuerda al viejo Balvin de quien notamos que se
rehusó a renunciar a sus antiguos fans (cuando pudo crecer como artista), tomémoslo como
un rencuentro después de habersela pasado “chambeado” con sus amigos traperos.
A continuación, el mejor tema del disco, con una de mis amores
imposibles (se alarga la lista de a poco), la corazón de gitana Rosalía que
retorna a los ritmos bailables en este sexy R&B de guitarras flamencas titulado "Brillo". Los
altos de la cantante nos dan la vida en un disco que se estaba poniendo poco
interesante y el tema tiene un toque místico sorprendentemente a cargo de Sky Rompiendo
(¿estamos rompiendo o no estamos rompiendo?) que demuestra que si se puede
hacer cosas buenas cuando uno se lo propone. La misma termina con “En Mi
(Interlude)” donde la española vuelve a colaborar con unos susurros.
La canción “En Mi” nos devuelve a la temática anterior de reciclar
armonías pasadas fusionadas con ritmos más modernos. No ofrece nada interesante,
parece la canción del final de una película sin más. Luego tenemos a…. oh no,
no puede ser, no se puede pretender hacer un disco serio en 2018 teniendo una
colaboración con Wisin y Yandel ¡por Dios!. “Peligrosa” se llama este tema,
totalmente desubicado en el álbum, 2007 ya terminó hace mucho y este dúo sigue
estancado allí.
“Noches pasadas” y “Tu
Verdad” tratan de salvar al disco con una producción más yanqui pero ya es
demasiado tarde, el primer tema está muy bien pues retoma los “aaaah” en el
estribillo que lo hicieran famoso en “Bobo” o “Ay Vamos” y el segundo es una
parodia del Drake romántico, una pena que no tenga un featuring pues le
quedaría tan bien. Dos de los puntos altos del trabajo nuevamente.
“Donde estarás” repite el mismo compás de Ambiente, Ahora y
los demás, otro tema veraniego que quizás con unas copas de más sería un temazo
y cuya letra de seguro será repetida hasta la saciedad por los fans pero... siendo la penúltima
pista de un álbum simplemente aburre. Y para cerrar la horrible “Machika”, el
tema que toda la humanidad odia pero que nadie se anima a decirlo por eso es que sigue
sonando en la radio. El peor estribillo del año hasta ahora y pobre de la brasilera Anitta que ha
colaborado en esta atrocidad.
Así fue este pesado recorrido por el disco de J Balvin
titulado “Vibras”, que tiene muchas cosas buenas pero más aún cosas malas,
erróneas, equivocadas que estropean su obra pues no me imagino que fuese
pensado de esta manera. No se sabe muy bien hacia dónde va el disco (¿Cómo será
el siguiente trabajo del colombiano después de esto?), bueno… ok ok, sí sabemos, va
hacia el mercado estadounidense a quien se quiere seducir todavía más con reggaetón
luego de “el fenómeno Despacito” y también va dirigido a las ganancias que hoy te puede
dejar Spotify, nada más.
Puntaje del disco
1. Vibras [feat. Carla Morrison] (-)
2. Mi gente [feat. Willy William] (8)
3. Ambiente (7)
4. Cuando tú quieras (8)
5. No es justo [feat. Zion & Lennox] (7)
6. Ahora (7)
7. Brillo [feat. Rosalía] (9)
8. En mi (interludio) [feat. Rosalía] (-)
9. En mi (6)
10. Peligrosa [feat. Wisin & Yandel] (5)
11. Noches pasadas (7,5)
12. Tu verdad (8)
13. Dónde estarás (6,5)
14. Machika [feat. Jeon, Anitta] (5)
Especial para: Escucharlo de principio a fin cuando el verano llegue (en Sudamérica falta mucho)