PAÍS: AUSTRALIA
"En trabajos anteriores me he arrepentido de rebajar ese tono cheesy, de esconderme, de sonar menos revelador, menos grande… y en ‘The Slow Rush’ he querido dejar claro que ya no tengo miedo de esas cosas". (Kevin Parker, para Jenesaispop, 2020).
Pasaron 5 años en los que vimos a Kevin Parker convertirse en el productor más codiciado del pop, el nuevo Max Martin según este mismo confesó que anhelaba ser, y por supuesto, había mucha incertidumbre sobre como sería el nuevo material de la gran banda que recide en Perth y que nuestro "Jesús Hipster" comandaba.
Por suerte para todos, no, Kevin no es Max, porque el sueco te hacía 2 o 3 hits y luego el resto del álbum que producía era más de lo mismo, mientras que el australiano sabe como moverse a otros terrenos y logra una vez más que su disco sea entretenido de principio a fin.
¿Significa que estamos ante otra obra magna de Tame Impala? Pues, tampoco. "The Slow Rush" ya desde su primera escucha resulta algo mágico, tiene tantas capaz de sonido que impresionan, endulzan al oído e invitan a escucharlo una vez más; sin embargo carece totalmente de un estribillo memorable como sí los tenía sus dos discos anteriores e incluso su debút. Escuchas este álbum y resulta muy satisfactorio, pero luego escuchas lo otros y te empieza a parecer muy pequeño en comparación.
De igual forma, no hay nada despreciable aquí, incluso tiene grandes virtudes que antes la banda no nos acostumbraba a entregar. Primero, es el primer disco conceptual como tal de ellos, que trata sobre el tiempo, sobe perder el miedo, afrontar al pasado y dar una mirada optimista al futuro. Al menos 7 canciones del disco tienen una referencia hacia el paso del tiempo tal y como lo hace su título y su portada, que muestra una casa llena de arena (un elemento tan relacionado).
Segundo, es el disco más abiertamente pop que han hecho, ya lejos quedaron las críticas que en su tiempo tuvo "Currents" cuando cambió las guitarras por los sintetizadores. Pero si piensas que aquí no hay guitarras y batería, te equivocas, porque tiene canciones en donde en donde estos instrumentos brillan como pocas veces lo hizo su predecesor.
Musicalmente no hay un cambio muy drástico, pero sí que se puede sentir que se afrontó este trabajo desde influencias muy progresivas de las cuales se pueden citar a Electric Light Orchesta o Supertramp. Varias de canciones se van alargando más de lo normal, resultando en la mayoría de los casos. También se puede sentir una vena discotequera que parecía contenida antes por Parker y que al fin pudo soltar con normalidad (Bueno ya venía trabajando con Mark Ronson o Zhu, era de esperarse).
De esa manera precisamente se abre el disco con "One More Year" que nos habla sobre un nuevo comienzo y la cual se caracteriza por un efecto/distorsión vocal que se va desplazando por nuestros auriculares y que el productor definió como un "canto gregoriano de robots". A este le sigue la canción que hace referencia a su matrimonio y nueva vida en pareja "Instant Destiny" cuyo estribillo intenta con todas sus fuerzas ser uno de los hits del trabajo (como lo fue "Disciples" por ejemplo en el anterior) pero no, tiene algo que hace que no queramos corearlo demasiado. Una pena, porque el resto de la canción es buena.
Sigue "Bordeline", e inmediatamente te das cuenta que hay cosas raras que antes no habían en él, es una versión nueva y aunque el Sr. Parker nos diga que la anterior que salió como single no era la definitiva y se publicó casi a la apurada, creo que los detalles funcionan bien para que la canción medio Bee Gees y Backstreet Boys funcione en el álbum. El objetivo era ese.
Unos de los temas que ya había impactado como single es "Posthumous Forgiveness", la pieza dedicada a su padre fallecido divido en dos partes (Con guiño a "Redbone"), una más emotiva que la otra, con una participación clave de los sintetizadores para dar más dramatismo. A continuación de este está la mejor canción pop del álbum "Beathe Deeper" y su genial apertura con el piano que nos invita a un nostálgico baile. Esta es una de las canciones que parece que se extiende demasiado, quizás si la ultima fracción de 2 minutos fuera un interludio aparte funcionaría más. Pero igual, tiene un ritmo que te engancha y que el mismo Kevin quiere que se que no lo olvides porque lo vuelve a reproducir en un skit de la pista siguiente.
Esa es "Tomorrow Dust" un lindo "mood theme", de esas canciones que necesitas escuchar para cierta situación, preferentemente relajante. Para mí es con este track que el disco pierde un poco de instensidad y eso hace que nos perdamos nosotros un poco también. Es por eso me cuesta tanto disfrutar del siguiente buen tema que es "On Track" (uno muy sensible líricamente), una balada que en el disco es dificil, pero escuchándola aparte es toda una experiencia mágica de fuegos artificiales en donde la batería de Julien vuelve a dar los golpes precisos.
"Lost In Yesterday" es claramente la apuesta del grupo para ser escuchados en la radio. Mientras el pop anda perdido en estos meses lo que nos ofrece Tame Impala aquí es tan satisfactorio como cualquier hit que escuchemos por ahí. Y otro que debe ser hit urgente y pide a gritos un videoclip bien hecho es "Is It True" un tema con un groove irresistible marcado por un divertido sintetizador que nos motiva a mover el cuerpo y a crear una coreografía propia para ella (¿se merecerá un challenge?).
La última parte del disco es la que más me gusta personalmente, pues reaviva mis esperanzas de que el buen rock de Tame Impala volverá algún día. "It Might Be Time" se puede decir que es lo mejor del disco pues tiene de todo, desde momentos de placidez a euforia rompedora en donde se hace presente quizás un homenaje al tema principal de la película Kill Bill, y que suena tan bien.
Me gusta también el pequeño número house de "Glimmer" muy parecido a lo último que últimamente está haciendo Nicolas Jaar (se imaginan un disco solista de Kevin Parker con este sonido, sería glorioso). Es una pena que dure tan poco y que quizás algunos samples de personas hablando le falte, no sé, pienso que así sonaría mejor.
Con "One More Hour" se intenta hacer un cierre épico y se logra, la batería hace una interpretación fascinante cuando le toca aparecer y los sintetizadores muy al estilo rock progresivo van formando un festival en nuestros oídos que se desvanece en un fade out.
Y es así como "The Slow Rush" se vuelve una experiencia muy satisfactoria aunque conscientemente ya sabemos que no es mejor que los anteriores. Sí, es un disco sin hits, que tuvo la oportunidad de tenerlo si incluía a "Patience" canción que en su momento destrocé por no ser digna para el regreso de los australianos pero que ahora que comparamos con este disco hasta puedo decir que el gancho de esta canción es superior a cualquiera de aquí. Hubiera sido también una gran apertura del trabajo.
Con varios peros, el disco sale igualmente victorioso por su gran sonido que parece perfecto para ser un gran acompañante cuando lo necesites, una bonita obra menor en su discografía y un material que en esta página acostumbramos a puntuar con un...
Puntaje del disco
7,5
2. Instant Destiny (7)
3. Borderline (8)
4. Posthumous Forgiveness (8)
5. Breathe Deeper (8)
6. Tomorrow’s Dust (7)
7. On Track (7,5)
8. Lost In Yesterday (7)
9. Is It True (8)
10. It Might Be Time (8)
11. Glimmer (7,5)
12. One More Hour (7)
Especial para: Cuando necesites un "disco de fondo" te te ayude a crear el mood que desees.