EVERYTHING NOW - ARCADE FIRE (Canadá) / Otro de los grandes artistas que nos dejan en este 2017

“Cada vez que publicamos algo hay gente que nos dice que hemos perdido el rumbo. Pero eso nos pasó ya cuando dejamos de tocar en acústico y nos pusimos las guitarras eléctricas. Los fans de lo acústico se iban de la sala cuando escuchaban “Wake Up”. Se sentían decepcionados con ese rumbo. Con el tiempo te das cuenta de que debes dejar de pensar en lo que va a gustar a la audiencia y hacer la música para ti. Esta fue una de las cosas más profundas que aprendí de David Bowie”. (Win Butler, 2017)



Así como lo insinúa el título, hoy el mundo melómano esta de luto. La banda más importante de nuestro tiempo, de una carrera discográfica perfecta y envidiable ha muerto. ¿Cayeron de pie? Eso lo estaré explicando y revelando a traves de estas líneas.

Para poder iniciar debemos primero diferenciar correctamente dos palabras, lo que es una evolución y lo que es una involución. La primera hay que admitir que no siempre es para bien, puede llagar a hacer perder a uno ciertas cosas pero... a cambio te puede dar otras nuevas más frescas e incluso buenas para otras personas. La segunda es definitivamente para mal, puesto que esto pasa cuando algo que fue bueno (y se sabe de su buena capacidad) luego repentinamente comienza a decaer perdiendo todo y sin dar nada nuevo a cambio.

Ya con esto definido quiero decirles que en el caso de esta banda, su disco “Reflektor” fue una evolución, una buena, hacia estilos mas bailables que ya se veía venir en el final de “The Suburbs”, con la pista llamada “Sprawls II”. En su día, muchos “hipsters” del momento no les perdonaron que se hayan pasado por ejemplo al reggaetón (“Flashbulb Eyes” y “Here Comes The Night”)  y empezaron a criticar duramente a los canadienses sin razón, algo que a su vez provocó esta reacción de su vocalista Win Butler expuesta en la frase inicial. Ya quiero verles ahora cuando sí existen más razones para criticarlos. Ese disco del 2013 además de perreo, tenía un olor ochentero, o mejor dicho el álbum entero era un homenaje a la música de los 80’s bailable y electrónica.

En cambio, este “Everything Now” el nuevo disco de Arcade Fire luego de 4 años de silencio, es claramente una involución, casi como un desperdicio del talento de sus realizadores o una forma de burla dirigida hacia esa gente que los criticó en demasía por du cambio de imagén a través de los años. Aquí lo bailable llega a su máxima expresión yéndose a una década más atrás que el anterior, específicamente a los años 70’s, cuando gente como David Bowie, Kraftwerk, Talking Heads, ABBA, The Clash, Bob Marley entre otros eran claros protagonistas que hoy se vuelven influencias presentes en cada una de las canciones del disco.

Esto de los bailecitos más evidentes también ya se veían venir inevitablemente cuando en el 2015, Will Butler publicaba un intrascendente álbum en solitario llamado “Policy”. En ese trabajo una de las “almas” principales de Arcade Fire se rendía ante los compases para pistas de baile y bajos sensuales que ahora nos hace entender eso fue un ejercicio importante del multiinstrumentista para poder encaminar al conjunto a su nuevo sonido.

También vale aclarar que no estoy en contra a que AF hagan música bailable, obviamente se pueden hacer canciones que te hagan mover el cuerpo que sean buenas como también malas. "Reflektor", como ya mencioné, fue un gran disco de temas bailables pero aquí en “Todo Ahora” los canadienses nos dan sólo un poco de lo bueno y mucho más de lo que se llama "falto de inspiración".

Lo que más uno se puede percatar al escuchar el nuevo disco es la sensación de que la banda esta fuera de rumbo, perdida en el desierto como se muestran en sus videos. Parece como si después de la muerte de su santo padre y fan numero uno David Bowie metafóricamente estos hayan quedado huérfanos y sin norte que seguir.

Mucho más raro es que el disco no haya sido una joya como de seguro se pretendía, teniendo a los genios de Daft Punk, Portishead, Pulp y otros a cargo de la producción y que los arreglos ya no suenen tan emocionantes como antes teniendo a Owen Pallet otra vez al mando de ellos. (Sinceramente ninguna canción te causa la emoción que deberían)

Bien, dejemos de lado las críticas más psicológicas para centrarnos en lo más importante, en el disco, que si algo tiene de bueno (además del marketing impresionante, con diferentes portadas no impresionantes pero si innovadoras para cada idioma y todo incluido) es su concepto, una crítica hacia el capitalismo, hacia la gente que lo quiere “todo ahora” y cada vez más.

El tracklist se compone de 13 canciones que estan organizadas como si de un infinito (∞) se tratara. No hay pausas entre una y otra, y las dos pistas que dan inicio y final al material estan como conectadas, algo que te obliga a querer reproducirlo otra vez desde el principio. Al inicio todo es euforia que va descendiendo de a poco hasta llegar a un cambio repentino con cierta pista doble. Es ahí cuando el disco se vuelve más calmado llegando a su punto mínimo para luego volver a subirse con el dramático final que nos devuelve al principio (¿Se ve el infinito?).

Ese principio se llama “Everything_Now (Continued)” una pasiva introducción electrónica que por medio de un escandaloso torbellino nos traslada al desierto, lugar en donde la banda nos interpretará el gran temazo del disco, "Everything Now", que tiene de todo para ser bailada: un piano clásico al estilo de “Chopin” imborrable para la memoria humana, una base disco pegajosa parecida a los que el grupo ABBA les tenía acostumbrado a tus padres, un sample simpático de flauta y un coro gospel enorme. ¿Qué más quieres?

Luego ese mismo vientecillo nos lleva a la ciudad en donde por medio de palmadas, violines y base bailable más a la línea de la banda de David Byrne, comienza “Sings Of Life” otro gran tema que si también estuviera cantada por James Murphy no nos extrañaría. El aire disco sigue ahí con las cuerdas épicas (las únicas así del disco) y la voz femenina de Régine de fondo. Aquí quedarse quieto sin bailar no es una elección.

Le sigue “Creature Comfort” otra de las grandes canciones y quizás la última de ese tamaño en el material. Win Butler se pone el traje de sermoneador en una canción que transmite alegría a pesar de su letra pesimista. Se va notando que la repetitividad será una de las constantes del álbum y todo esto gracias a que aquí metieron la mano los especialistas en ello, los chicos con cascos de robot.

El gran descenso de calidad se da con las siguientes pistas. “Peter Pan”, de tintes reggae/dub se inicia de forma interesante, intentando quizás ser un homenaje a su santo padre, pero luego se hace muy repetitiva y ese infantil gancho que tiene es imperdonable para la categoría que tiene la banda. Eso sí, si de música para infantes hablamos o si definitivamente ya necesitamos la excusa perfecta para darnos un tiro en la cabeza por ya no soportar oír como nuestra banda favorita se desmorona, ese es el repulsivo y amigable ska de “Chemistry” que ni con guitarrazos de por medio se salva. Bueno ya, tampoco es para tanto pero de que es la peor del disco no hay duda.

Otro torbellino nos trae un punk más adolescente y sin inspiración de “Infinite Content” que se convierte en una especie de liberación de toda la euforia que representó esta primera parte del disco. En un cambio repentino (sí, es ese) la noche y la fiesta se acaba y vuelve a amanecer en un ambiente de resaca impresionante por aguantar en su continuación “Infinite _Content”, quizás lo mas hermoso y folk que hemos oído en esta fallida parte intermedia.

“Electric Blue” de muy buena base ochentera y cantada en su totalidad por Régine (ayudada por su falsete agudísimo) se estanca lastimosamente dentro del disco ya que como single sonaba bastante mejor, esto posiblemente por la baja calidad de las canciones anteriores. ¿La parte del refrán “Now I can get my head...” no suena acaso muy parecido a cierta sección de “Putita” de Babasónicos? A ver quien me da la razón.

“Good God Damn” tiene una gran línea de bajo y arreglos inofensivos que se le van sumando a la voz de Win que no termina de estallar como se esperaría durante toda la canción. Seguimos aguardando uno de esos cambios repentinos como los tuvo un “Crown Of Love” por ejemplo, a eso le llamo emoción que por aquí (Como haría el gif de John Travolta) no lo encuentro por ningún lado.

Las dos últimas canciones del disco nos devuelven ya un poco tarde alguna que otra muestra de magia que los caracterizó a los canadienses, “Put Your Money On Me” de buena letra  y ritmo invariable Kraftwerkiano nos da un poco de vida con ese juego de coros entre el matrimonio de vocalistas. “We Don’t Deserved Love” (de sintetizadores que suenan muy shoegaze) sirve de buen epílogo (somnífero) y que nos da sólo un poco de esperanza a que la banda pueda resucitar pronto. La parte final de ésta suena sinceramente bella, pero aún así, no memorable.

Como verdadero cierre tenemos a “Everything Now (Continued)” una versión más extendida que la inicial, con un forzado arreglo de cuerdas que emotividad almenos no causa (cuando eso debería en ese momento) y un predecible “cierre inesperado” que te invita a darle play otra vez a la obra, otra oportunidad que desde mi punto de vista si se la merece tampoco seamos extremistas.

Para resumir, estos son ahora los nuevos Arcade Fire, una “banda de millenials” que utilizan spinners como merchandising, que se ponen chaquetas “cools” porque ahora ya son cabeza de carteles en todos los festivales, y como en esos lugares a la gente hay que hacerlos gozar, lanzan un disco con falto de nuevas ideas pero que pueda tener energía suficiente en directo. (Posiblemente el disco gane más ahí)

Verlos haciendo sus promociones nos hace pensar que tal parece como si ya no quisieran hacer música, sino solo dedicarse a ser las estrellas del pop en que se convirtieron desde el día en que ganaron su primer grammy, el del álbum del año en el 2011. Pero eso no les da para nada derecho ni sirve de excusa para haber lanzado un disco mediocre para lo que nos tenían acostumbrados, el “St. Anger” de la década, porque hay que decirlo, a mucho de los grandes le pasa esto, incluso a Metallica, que después de este disco ya no volvió a ser tan respetado por sus antiguos seguidores como antes y después de haber cantado con Lady Gaga quien sabe más. Hoy nos toca vivir como generación melómana una situación similar que lo vivió esa gente que en los ochenta estaba loca por los de (en ese entonces) melenas largas.

Hoy para varios fanáticos de la banda (incluyéndome), el Arcade Fire que conocimos murió definitivamente, aunque eso no signifique que este disco, que es el más accesible de la banda tampoco les guste a otras personas, porque debemos reconocer que tiene varias canciones muy buenas y el conjunto en sí tampoco es tan malo. Pero aquel grupo a que consideramos el mejor del siglo parece que ya no volverá.

La pregunta de la introducción era ¿Cayó o no de pie Arcade Fire? La respuesta es Sí, el bache no es lo suficientemente grande para no ser tapado con el tiempo y además una banda que nos regalo “Funeral”, “Neon Bible”, “The Suburbs” y “Reflektor” merece todo el perdón del mundo, pues con ello ya se ganaron el paraíso de la música desde hace tiempo... Estaremos pendiente en los años siguientes de su segunda venida (de resurrección), por si las dudas... Eso sí.


1. Everything_Now [continued] (-)
2. Everything Now (9,5)
3. Signs of Life (9)
4. Creature Comfort (8,5)
5. Peter Pan (6,5)
6. Chemistry (5,5)
7. Infinite Content (6)
8. Infinite_Content (8,5)
9. Electric Blue (7,5)
10. Good God Damn (8)
11. Put Your Money on Me (8)
12. We Don't Deserve Love (8,5)
13.  Everything Now [continued] (-)

Puntaje del disco: 7
Especial para: Tu fiesta pseudo-indie perfecta (primera mitad) / Cuando quieres estar solo en tu habitación descansando (segunda mitad)

 

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