"Soy consciente de que estás cansada y perdida. Como un demonio en una puerta, esperando para nacer. Pero yo estoy aquí sólo, empezando de nuevo. Llevame cerca tuyo y déjame abrazarte. Dame la comprensión más profunda de quién soy. Sí, voy a volver otra vez, estoy esperando aquí" (Adam Granduciel, Pain).
Los 80’s fueron una linda etapa para la gente que le gustaba el rock y también le gustaba bailar. La presencia de los sintetizadores ya desde finales de los 70’s fueron fundamentales para que se vayan brotando mas ramas en el árbol genealógico del rock. Por otro lado había puristas norteamericanos del género que rechazaban estos instrumentos electrónicos y que influidos por el folk y la americana se dedicaban ha hacer rock bailable al mas estilo country, con la inclusión de otros elementos más sofisticados. Este estilo fue llamado por ellos “Heartland Rock”, y sus canciones eran sencillamente rock hablando de costumbres y la vida del americano.
Pero no fue hasta que el jefe, Bruce Springsteen, decidió romper esquemas con su popular álbum "Born in the USA" en donde hacia uso de sintetizadores en algunas de sus composiciones de Heartland Rock haciéndolas más apropiadas para las pistas de baile, cuando el género fue aceptado como tal en todo el mundo convirtiéndolo uno de los estilos de música más popular de esos años.
En los 90's como era de esperarse ya con mucho más avance de la tecnología evidentemente este estilo murió quedando así como un sonido “retro” (para no llamarlo anticuado) para las nuevas generaciónes, más acostumbradas a sonidos bien violentos (el grunge) o bailables con elementos netamente electrónicos (dance).
Tuvo que pasar 30 años exactos desde aquel álbum de The Boss para que llegaran unos nuevos los Mesías que no sólo el Heartland Rock sino el rock en general en ese entonces necesitaba y se llamaban The War On Drugs, la antigua banda de Kurt Vile que luego de su salida decidió tomar rumbos mas clásicos haciendo que el rock de los 80 vuelva a sonar interesante gracias a su sonido poderoso. Ese disco se llamaba "Lost In The Dream", un clásico de clásicos que catapultó directamente a la banda a ser uno de los grandes nuevos próceres del rock.
Pero como pasa con toda obra maestra, aquel disco sería muy difícil de superar. Es por eso que el mundo se tomó su tiempo con mucha paciencia para aguardar su continuación que debía estar a la altura. Hoy ya podemos disfrutarla de manera oficial y decir sin ninguna vergüenza que lo está.
El titulo de este nuevo material es "A Deeper Understanding" y contiene al igual que el disco anterior solo diez pistas, pero que en conjunto el disco supera la una hora de duración. Lo nuevo que podemos encontrar en la estructura parecida es la inclusión esta vez de un bello tema que sobrepasa los 11 minutos.
Haciendo comparaciones, el nuevo trabajo es mas rockero pero a la vez templado que su predecesor que resultaba más atmosférico y aventurero en cuanto a sonido. LITD es un álbum mucho más bailable y con picos altos de euforia en cambio ADU es mas reposado y con picos altos de emotividad.
Pues bien, repasemos el tracklist para entender mejor lo que les estoy diciendo:
La apertura se da con "Up All Night," el corte más moderno y el de más potencia con percusiones y bases del disco. Volvemos a escuchar al mismísimo Bob Dylan en la voz del vocalista Adam Granduciel y llegando a la mitad nos encontramos con una gran parte instrumental encabezada por una guitarra y distorsiones.
Le sigue "Pain: uno de los singles estrella, de video en blanco y negro, que es el define el concepto del disco. En cada una de las canciones el vocalista le habla a un amor aclarándole que la sigue esperando en el mismo lugar. Aparece también el solo de guitarra que será fundamental a partir de ahora para sentir con empatía las partes más emocionantes.
La tercera pista es Holding On una especie de mash-up de una interpretación vocal de Dylan sobre una canción de Springsteen (esas campanillas son muy muy él), pero estos claros parecidos (que ya llevan arrastrando desde el disco anterior) junto a que los sintetizadores suenen parecidos a los de "Red Eyes" no impiden que sea un verdadero temazo. Su estribillo es genialmente sensible coincidiendo Adam y su guitarra de en ese perfecto “Ain’t way I’m gonna last...”.
"Strangest Thing" se desenvuelve como todo un baladón de más de 6 minutos, que te prepara durante los 2:40 iniciales de este, para luego llegar a un climax de sintetizadores y golpes de batería al que luego se le unirá uno de los solos de guitarra mas bonitos del disco. Esta cancion cierra el cuarteto inicial que demás esta decir que es enorme.
La gran sorpresa llega con "Knocked Down" y su aire de derrota y desolación. La banda nos muestra su versión más clásica sin tantos adornos electrónicos. El piano y el vibraphone le hacen sonar tanto a una banda sonora para "momentos sad" que el resultado es sensacional para lo que la mitad del disco necesita, nada mas eso sí, se hace un poco repetitiva pese a su corta duración.
La contrapartida es "Nothing to Find" que mantiene las armonias de la anterior canción pero en un ritmo mas acelerado que te vuelve a levantar los ánimos mostrandote una luz de esperanza. Aparece por fin la armónica como protagonista después de leves insinuaciones en otra canción que si fuera lanzada en los ochentas ya la escucharíamos en todas las radios.
Luego del fade out largo de la pista precedente aparece fantasmalmente la pieza central del album., La Pinkloydiana "Thinking Of A Place", una épica canción de más de 11 minutos de pura emoción y amor cerca a orillas del mar, anocheciendo en una playa, lugar y situación en donde transcurren los hechos y pensamientos de cada una de las canciones, por eso me extraña que la portada no haya sido Adam Granduciel caminando cerca del océano viéndose una la luna y las estrellas hacia el horizonte. De igual manera la original estando en el estudio también describe el carácter mas íntimo y puro de las composiciones que escuchamos.
Una línea de piano de fondo (les saluda The National) sirve como el pulso vital de "In Chains" la pista siguiente, que se trata de la segunda más larga del disco (7 minutos). A partir de su segunda mitad obtiene momentos instumentales sublimes con pequeńos detalles que se le van agregando hasta lograr un potentísimo final aderezados con un sólo de armónica (ya con más confianza) y piano nuevamente.
Lamento decir esto, pero para muchos puede que el álbum termine aquí, y es porque después de estar disfrutando un álbum casi perfecto encontramos dos canciones que lastimosamente no estan a la altura como cierre, pero que de igual manera se puede decir que no desentonan para nada.
"Clean Living" resulta, es verdad, pero hubiera quedado mejor si fuera una pista mas corta. La introducción lenta ya es demasiado larga y te cansa luego de haber tenido 8 temazos anteriores. Sin embarbo me gusta mucho su sección final con el bajo y baterías dando unos pequeñod saltitos en otro de los descenlaces instrumentales. "You Don’t Have To Go" peca de lo mismo, alargada innecesariamente y sin muchas sorpresas finaliza con un fade out de percusiones.
En resumen The War On Drugs nos trajeron este año un soundtrack para pasar una noche el la playa mirando las estrellas y pensar en esa persona especial, pero no debemos dudar en que el disco también transmite musicalmente una gran sensación de libertad, por la cual sería perfecto para ir conduciendo en una carretera vacia mientras lo escuchas (no, con tránsito no). Esta banda sonora hace mucho homenaje a las secciones instrumentales especialmente los solos de guitarras inspirados recurso últimamente olvidado por el rock mainstream.
El disco en general es una exquisitez que podría haber sido mejor por lo ya mencionado con anterioridad, aún asi peses a su imperfección no es para nada muy inferior a "Lost In the Dream" y puede que el tiempo le de su lugar como clásico de nuestro tiempo junto a aquella obra, ahora solo toca disfrutar de otro de los indisucutibles discos del año.
Los 80’s fueron una linda etapa para la gente que le gustaba el rock y también le gustaba bailar. La presencia de los sintetizadores ya desde finales de los 70’s fueron fundamentales para que se vayan brotando mas ramas en el árbol genealógico del rock. Por otro lado había puristas norteamericanos del género que rechazaban estos instrumentos electrónicos y que influidos por el folk y la americana se dedicaban ha hacer rock bailable al mas estilo country, con la inclusión de otros elementos más sofisticados. Este estilo fue llamado por ellos “Heartland Rock”, y sus canciones eran sencillamente rock hablando de costumbres y la vida del americano.
Pero no fue hasta que el jefe, Bruce Springsteen, decidió romper esquemas con su popular álbum "Born in the USA" en donde hacia uso de sintetizadores en algunas de sus composiciones de Heartland Rock haciéndolas más apropiadas para las pistas de baile, cuando el género fue aceptado como tal en todo el mundo convirtiéndolo uno de los estilos de música más popular de esos años.
En los 90's como era de esperarse ya con mucho más avance de la tecnología evidentemente este estilo murió quedando así como un sonido “retro” (para no llamarlo anticuado) para las nuevas generaciónes, más acostumbradas a sonidos bien violentos (el grunge) o bailables con elementos netamente electrónicos (dance).
Tuvo que pasar 30 años exactos desde aquel álbum de The Boss para que llegaran unos nuevos los Mesías que no sólo el Heartland Rock sino el rock en general en ese entonces necesitaba y se llamaban The War On Drugs, la antigua banda de Kurt Vile que luego de su salida decidió tomar rumbos mas clásicos haciendo que el rock de los 80 vuelva a sonar interesante gracias a su sonido poderoso. Ese disco se llamaba "Lost In The Dream", un clásico de clásicos que catapultó directamente a la banda a ser uno de los grandes nuevos próceres del rock.
Pero como pasa con toda obra maestra, aquel disco sería muy difícil de superar. Es por eso que el mundo se tomó su tiempo con mucha paciencia para aguardar su continuación que debía estar a la altura. Hoy ya podemos disfrutarla de manera oficial y decir sin ninguna vergüenza que lo está.
El titulo de este nuevo material es "A Deeper Understanding" y contiene al igual que el disco anterior solo diez pistas, pero que en conjunto el disco supera la una hora de duración. Lo nuevo que podemos encontrar en la estructura parecida es la inclusión esta vez de un bello tema que sobrepasa los 11 minutos.
Haciendo comparaciones, el nuevo trabajo es mas rockero pero a la vez templado que su predecesor que resultaba más atmosférico y aventurero en cuanto a sonido. LITD es un álbum mucho más bailable y con picos altos de euforia en cambio ADU es mas reposado y con picos altos de emotividad.
Pues bien, repasemos el tracklist para entender mejor lo que les estoy diciendo:
La apertura se da con "Up All Night," el corte más moderno y el de más potencia con percusiones y bases del disco. Volvemos a escuchar al mismísimo Bob Dylan en la voz del vocalista Adam Granduciel y llegando a la mitad nos encontramos con una gran parte instrumental encabezada por una guitarra y distorsiones.
Le sigue "Pain: uno de los singles estrella, de video en blanco y negro, que es el define el concepto del disco. En cada una de las canciones el vocalista le habla a un amor aclarándole que la sigue esperando en el mismo lugar. Aparece también el solo de guitarra que será fundamental a partir de ahora para sentir con empatía las partes más emocionantes.
La tercera pista es Holding On una especie de mash-up de una interpretación vocal de Dylan sobre una canción de Springsteen (esas campanillas son muy muy él), pero estos claros parecidos (que ya llevan arrastrando desde el disco anterior) junto a que los sintetizadores suenen parecidos a los de "Red Eyes" no impiden que sea un verdadero temazo. Su estribillo es genialmente sensible coincidiendo Adam y su guitarra de en ese perfecto “Ain’t way I’m gonna last...”.
"Strangest Thing" se desenvuelve como todo un baladón de más de 6 minutos, que te prepara durante los 2:40 iniciales de este, para luego llegar a un climax de sintetizadores y golpes de batería al que luego se le unirá uno de los solos de guitarra mas bonitos del disco. Esta cancion cierra el cuarteto inicial que demás esta decir que es enorme.
La gran sorpresa llega con "Knocked Down" y su aire de derrota y desolación. La banda nos muestra su versión más clásica sin tantos adornos electrónicos. El piano y el vibraphone le hacen sonar tanto a una banda sonora para "momentos sad" que el resultado es sensacional para lo que la mitad del disco necesita, nada mas eso sí, se hace un poco repetitiva pese a su corta duración.
La contrapartida es "Nothing to Find" que mantiene las armonias de la anterior canción pero en un ritmo mas acelerado que te vuelve a levantar los ánimos mostrandote una luz de esperanza. Aparece por fin la armónica como protagonista después de leves insinuaciones en otra canción que si fuera lanzada en los ochentas ya la escucharíamos en todas las radios.
Luego del fade out largo de la pista precedente aparece fantasmalmente la pieza central del album., La Pinkloydiana "Thinking Of A Place", una épica canción de más de 11 minutos de pura emoción y amor cerca a orillas del mar, anocheciendo en una playa, lugar y situación en donde transcurren los hechos y pensamientos de cada una de las canciones, por eso me extraña que la portada no haya sido Adam Granduciel caminando cerca del océano viéndose una la luna y las estrellas hacia el horizonte. De igual manera la original estando en el estudio también describe el carácter mas íntimo y puro de las composiciones que escuchamos.
Una línea de piano de fondo (les saluda The National) sirve como el pulso vital de "In Chains" la pista siguiente, que se trata de la segunda más larga del disco (7 minutos). A partir de su segunda mitad obtiene momentos instumentales sublimes con pequeńos detalles que se le van agregando hasta lograr un potentísimo final aderezados con un sólo de armónica (ya con más confianza) y piano nuevamente.
Lamento decir esto, pero para muchos puede que el álbum termine aquí, y es porque después de estar disfrutando un álbum casi perfecto encontramos dos canciones que lastimosamente no estan a la altura como cierre, pero que de igual manera se puede decir que no desentonan para nada.
"Clean Living" resulta, es verdad, pero hubiera quedado mejor si fuera una pista mas corta. La introducción lenta ya es demasiado larga y te cansa luego de haber tenido 8 temazos anteriores. Sin embarbo me gusta mucho su sección final con el bajo y baterías dando unos pequeñod saltitos en otro de los descenlaces instrumentales. "You Don’t Have To Go" peca de lo mismo, alargada innecesariamente y sin muchas sorpresas finaliza con un fade out de percusiones.
En resumen The War On Drugs nos trajeron este año un soundtrack para pasar una noche el la playa mirando las estrellas y pensar en esa persona especial, pero no debemos dudar en que el disco también transmite musicalmente una gran sensación de libertad, por la cual sería perfecto para ir conduciendo en una carretera vacia mientras lo escuchas (no, con tránsito no). Esta banda sonora hace mucho homenaje a las secciones instrumentales especialmente los solos de guitarras inspirados recurso últimamente olvidado por el rock mainstream.
El disco en general es una exquisitez que podría haber sido mejor por lo ya mencionado con anterioridad, aún asi peses a su imperfección no es para nada muy inferior a "Lost In the Dream" y puede que el tiempo le de su lugar como clásico de nuestro tiempo junto a aquella obra, ahora solo toca disfrutar de otro de los indisucutibles discos del año.
1. Up All Night (9)
2. Pain (8,5)
3. Holding On (10)
4. Strangest Thing (9)
5. Knocked Down (8,5)
6. Nothing to Find (8,5)
7. Thinking of a Place (9,5)
8. In Chains (9)
9. Clean Living (7,5)
10. You Don't Have to Go (7)
Puntaje del disco: 8,5
Especial para: Como dije, ir a una sinuosa carretera vacia o pasarla de nostálgico en las noches de la playa.
2. Pain (8,5)
3. Holding On (10)
4. Strangest Thing (9)
5. Knocked Down (8,5)
6. Nothing to Find (8,5)
7. Thinking of a Place (9,5)
8. In Chains (9)
9. Clean Living (7,5)
10. You Don't Have to Go (7)
Puntaje del disco: 8,5
Especial para: Como dije, ir a una sinuosa carretera vacia o pasarla de nostálgico en las noches de la playa.