"La sangre era nuestra pintura favorita. Tú eras mi dolor favorito. Esperando que su amor suceda es como esperar por un medicamento que nunca entra en acción" (Karin Dreijer, Red Trails)
Finalizamos la semana del terror con uno de los discos que
fue especialmente lanzado para estas fechas, la segunda placa de la sueca Karin
Dreijer, segunda mitad de la extinta agrupación electrónica The Knife (¿o algún
día nos harán un “LCD Soundsytem”?) cuyo trabajo en solitario lleva la firma de
su seudónimo Fever Ray.
Confieso que el retraso para la reseña proviene a que el
disco no me llegaba nunca, cuando lo escuche por primera vez no encontraba algo
por qué sostenerme, todo era muy confuso pues no sabía si la música estiraba a
lo comercial o a lo alternativo.
Ingenuamente al ponerme el disco yo esperaba escuchar música
de The Knife, ¿Ya la necesitábamos no? Pasaron 4 años del final con “Shaking
the Habitual” aquella alargada obra maestra experimental. Pero nada de eso
paso, cuando Karin estaba con su hermano yo los admiraba por su contundencia,
las canciones tenían siempre un gancho o un riff que te pegaban de una y aquí
no encontré nada de eso.
Todo era muy disperso y cambiante con instrumentaciones a
veces alargadas innecesariamente pues no poseían un atractivo suficiente o
incluso eran sonidos que desde hace tiempo se venían haciendo, en síntesis,
nada nuevo.
Pero el hype (porque apenas me enteré que salió se me subió
por las nubes) a veces traiciona, ya aprendí esa lección con otros discos, así
que a este “Plunge” lo dejé reposar para luego en el transcurso de la semana
volverlo a reproducir durante cualquier actividad del día, ya sea bañándome,
viajando o haciendo cierto tipos de trabajos en donde se permite escuchar
música. No daba resultado, y ya empezaba a desesperarme. Me daba cuenta que el
disco era tremendo pero no hacía “click” con él.
Tuvo que llegar el día de ayer, sí un viernes, para que ese
momento apareciera. Ya siendo de noche uno los compañeros de universidad me
había dicho precisamente antes de salir: “Hoy es viernes, hoy hay descontrol” y
mé quede con esa frase girando en la cabeza. Obviamente no me considero una
persona que va a fiestas o sale a divertirse a lo loco, pero en ese momento sentí
que necesitaba algo de “energía” por el hecho de ser el inicio del fin de
semana.
Al subir a un bus para regresar a casa vi mi celular y el
reproductor seguía activo, todavía estaba ahí la cara de Dreijer chorreada por
un líquido marrón oscuro sobre un fondo turquesa, mirando hacia la nada. Le di
play entonces a ver qué pasaba, y esta vez la historia cambio, el descontrol se
apoderó de mi mente he hizo de “Plunge” un discazo el cual la palabra
“rompedor” le quedaría chica.
En este trabajo relativamente corto en cantidad de canciones
(11 en total) la bruja sueca no se da con vueltas y nos entrega toda su pasión
y más que eso, su lívido y erotismo, pues en este disco las connotaciones
sexuales abundan. Necesitaba descontrol y me la dio más de la cuenta.
“Wanna Sip” inicia esta fiesta alocada con una terrorífica
aparición que luego se convierte en un monumental tema especial para pub´s LGBT
(Hay que recordar que la Karin es lesbiana, y es todo un símbolo para la comunidad
también). El gancho que nunca me llegaba al inicio se convierte ahora en un
efecto como de sirena policial electrónica exaltante.
“Mustn´t Hurry” sí que nos trae a la memoria a The Knife, al
de Silent Shount, casi un R&B en donde la mujer canta prácticamente a la
masturbación (Algo que ya no haya hecho Beyoncé, por favor). Su parte
instrumental nos demuestra que Olof no era el único genio de las maquinas en el
dúo. A continuación la voz Bjorkesca o mejor dicho, el acento de la intérprete
se hace presente en cada una de las canciones siguientes, ahí está por ejemplo
“A Part Of Us” y sus cambios de personajes en cuanto a la forma de cantar.
El Shakin the Habitual todavía sigue con vida en las
siguientes pistas “Falling” y “IDK About
You”, en la primera se asemeja por su oscuridad y por la ambientación que crean
los efectos electrónicos a medida que avanza la canción, de una forma lenta. En
la segunda tenemos al hit del álbum, el trallazo más contundente con toques
tribalescos que te invitan a bailar como un demente con los “Dont Know, dont
know, dont know…”
“This Country” es el tema más sexual de todos y a mi
entender el mejor en cuanto a efectos en la producción, marcado por un sonido
de teclado que parece extraído de un videojuego de terror. La letra te invita
prácticamente a pecar, alegando que en el país, este país, es muy difícil lograrlo
(no todo es se sexo en el disco, también hay espacio para las criticas
sociales)
Luego de un instrumental titulado “Plunge” lleno de éxtasis
llega ante nuestros oídos el single regreso de la artista, “To The Moon And
Back”, lo más accesible del material, que destila armonía entre tanto
descontrol. Canción pop actual bien hecha, algo que escaseo un poco este año.
Unos violines nos dan la bienvenida a “Red Trails”, que a mí
se me hace un poco Kate Bush ¿a ustedes también?. Los efectos locos de las
cuerdas le dan ese dramatismo que merece a un tema que trata sobre la sangre y el amor pasional. El final es maravilloso.
“An Icth” no ofrece nada nuevo, siguen ahí esas bases de
ruidos como máquinas trabajando o teléfonos sonando, pero la canción no deja de
ser disfrutable. “Mama´s Hand”, de un largo instrumental de tambores tribales y
sonido hipnótico es la pista que se encarga de cerrar el telón del álbum con
frases conclusivas como “la pieza final del rompecabezas, la pequeña cosa
llamada amor, la olvidada cosa llamada amor”.
Fever Ray volvió al ruedo luego de 8 años, y el mundo del
pop ahora es muy diferente a lo que era el 2009, sin embargo, esta supo más que
adaptarse, aprovecharse de eso para sacar un disco que hoy en día por cómo va
la música podemos darle la etiqueta de atemporal. Un disco que supo ganarme con
las escuchas sucesivas hasta que llegó “el click”, y cuando eso ocurre ya no
hay nada que lo pueda hacer cambiar.
No obstante, este material no llega a superar sus trabajos
con The Knife, un fenómeno normal para ex integrantes de grupos gloriosos que
se animan a su carrera en solitario. Sí es por lejos uno de los discos destacables
del año, no sé si llamarle el más accesible de ella, porque para mí no lo fue,
pero si el más expandible en cuanto a público, ya que en “Plunge” tenemos
varios hits bailables irresistibles para cualquier oído.
En la pista final Karin curiosamente repite” hemos esperado
por mucho tiempo”, y si, fue exactamente así. La espera valió la pena.
2. Mustn't Hurry (9)
3. A Part of Us (8,5)
4. Falling (8)
5. IDK About You (9,5)
6. This Country (9)
7. Plunge (8)
8. To the Moon and Back (9)
9. Red Trails (8,5)
10. An Itch (8)
11. Mama's Hand (7,5)
Puntaje del disco: 8,5
Especial para: Momentos en el que necesitas un poco de descontrol