“Hoy mis ojos ya cansados de tanto buscar. Mis fantasías me
hacen daño, no te voy a encontrar”. (Estrella Sánchez, Ciudad Satélite)
El Shoegaze latino estuvo de cumpleaños el pasado 2017
cuando se cumplía 25 años del lanzamiento de Dynamo, una de las obras maestras
de Soda Stereo. También en ese mismo año a nivel internacional regresaba luego
de dos décadas uno de sus emblemas, Slowdive con un disco homónimo bastante sólido.
Pero la anécdota más importante para lo que concierne al shoegazing es indudablemente
que este año se cumplen 35 desde la fundación de sus creadores, My Bloody
Valentine al igual que 5 de su disco regreso MBV (los cumplió el mes pasado).
Se espera que este año nos sorprendan con otro material.
Ok, si estamos recordando esto y todas estas fechas es por
algo ¿no?... Y es que cuando parecía que el shoegaze moría en los 90’s junto a todas
sus bandas, tiempo después en los 10’s se ha vuelto a revisitarlo como un
estilo atrayente a tocar y al cual rejuvenecer, para así convertirlo en popular
entre los nuevos jóvenes que escuchan “indie”. Puede decirse que el regreso de
los mencionados grandes (MBV y Slowdive) habria ayudado en ello.
Latinoamérica, que no parecía estar tan interesado ante esta
situación y que prácticamente no ha tenido otro precedente tan grande como el
de Dynamo, increíblemente también se subió al carro, y fue así como empezaron a
surgir grupos muy buenos que incluso llegaran a sorprender hasta los más incrédulos.
Entre ellos especialmente se encontraban las chicas de Mint Field.
Este dúo (anteriormente trio junto al vocalista Andrés
Corella) de Tijuana, México, conformado por Amor Amezcua en las percusiones y
Estrella Sánchez en la voz y guitarras (¿Acaso no son los nombres más adorables
que hayan oído?) gracias a un único EP del 2015 titulado “Primeras Salidas” ya lograron
cautivar a la prensa mundial, tanto que luego de su lanzamiento fueron invitadas
a tocar en grandes festivales del mundo como por ejemplo, ejem, Coachella. Fue
como quien dice, “el sueño de las pibas”.
“Mint Field” según las chicas que no pasan los 22 años y que
se conocieron por vivir en la misma ciudad, surgió de la afinidad casi idéntica
de influencias musicales que tenían y que los llevó a formar su banda de rock.
El nombre “Campo de Mentas” nació simplemente porque ellas amaban
incondicionalmente las mentas, así como nosotros sus nombres y su música (de
hecho, la primera canción que compusieron también se llamaba “Mint”).
Ahora hace una semana que estas jóvenes mexicanas debutaron
con su primera larga duración “Pasar de las luces”, un disco con influencias
inmediatas de Slowdive y que aparte de mostrarnos un cautivante estilo shoegaze,
tiene condimentos fuertes del dream pop, post rock un poco de grunge y algo de
psicodelia. Las chicas demuestran que vinieron para quedarse.
El trabajo de 13 pistas se presenta de forma orgánica, uniforme
y consistente, me animo a decir que incluso es mejor no prestarle esta vez mucha
atención al tracklist y a “cual pista es cual”, solo hay que dejarse llevar por
la música y sus pasajes. Por ejemplo, al escucharlo por primera vez causo la
misma impresión que el de Cigarretes After Sex del año pasado, pura música
atmosférica y relajante donde las letras poco importan ya que desde luego ni se
escuchan a la perfección. De igual manera hablaré un poco de cada canción.
En todo el trabajo lo que más se llega a oír claramente es
el intro “iba caminado, estaba lloviendo…” de “El parque parecía no tener fin”
primera pista que con una línea guitarra nos toma de la mano para pasar de las
luces e ir hacia la oscuridad, recordando los momentos de la infancia. “Ojos en
el Carro” con un punteo de guitarra parecido, unos contundentes redobles de
baterías y coros lastimeros desde el principio ya se consagra como la mejor canción
del disco, una que llegando a sus minutos finales desprende su furia a través
de rugientes paredes de sonidos.
A continuación “Ciudad Satélite”, un tema ya bastante conocido
de su repertorio en vivo y que se trata de melancólica pieza casi emo de 6 minutos
con la cual solo debes cerrar los ojos y oir, solo de esa manera podrás ver
todas las figuras que ella va dibujando. Una típica canción de escape emocional
(la letra habla de un desamor y desilusión que una mujer prefiere olvidar
dejando la ciudad)
“Temporada de Jacarandas” con unos golpes de pedal y
aparentemente unos “no sé, no sé, no sé” por parte de Estrella nos grafican
otro paisaje más templado, donde las guitarras “a lo Slowdive” hablan por sí
solas y “Quiero Otoño De Nuevo” es el número de más espíritu rockero de todo el
tracklist, con un cierto toque inicial a de los últimos de Radiohead (Ful Stop)
y de unas baterias incontenibles tocadas con y por Amor.
Luego continuamos con “Cambinos Al Pasar”, un homenaje al
grunge dentro del disco y “Viceversa”, una balada espiritual donde la vocalista
se limita a darnos unas clases de cómo sacar bellísimas armonías. La ambient
“Nostalgia” haciendo honor a su nombre nos envuelve en sus ruidos para más
tarde hacernos volar por los aires hasta desaparecer en el horizonte y “Boötes Void”
emerge campantemente como otra de las pistas más destacadas por medio de sus
efectos alocados de guitarras eléctricas, juntas conforman un cuarteto con el
cual fácilmente puedes perderte de este mundo.
“Nada es estático y Evoluciona” es otra balada noise pop,
oscura a lo This Mortal Coil y de un climax impecable al que le sigue la
ruidosa y muy cambiante “Club de Chicas”, un instrumental somnífero de tantos
matices que requiere de muchas oídas.
La canción “Para Galí” es al parecer lo más pop de este
repertorio, donde las voces pueden entenderse un poco más que de costumbre (¿Les
pasará a las chicas lo mismo que a Triangulo de Amor Bizarro?) y el bajo es el
amo y señor incuestionable de la pieza. Para cerrar, “Parpados Morados” otro
tema de más de 6 minutos que necesariamente se extiende para dar énfasis al triste
subidón que nos explica (seguramente) el porqué de la coloración de los
parpados de la mujer de que habla. Otro ejemplo de una canción de escape.
“Pasar de las Luces” debut del dúo Mint Field es in
interesante viaje sonoro y un gran disco debut iberoamericano que no cambia las
reglas del juego pero que está muy bien ejecutado, todo suena tan prolijo. Me
hace falta un hit, eso sí, de esos que marcan al grupo y al trabajo y que parece
que llegará en los discos posteriores.
Un material correcto y emocionante sin ir más allá, que
describe por medio de melodías y no letras las inquietudes de la nueva
juventud, un trabajo que necesita de un momento más que indicado para
escucharlo a su plenitud y contemplar su belleza.
Una de las bandas a seguir en los años que vendrán es ésta
pues prometen mucho, aunque hay que decir que ellas, unas “amores” de
jovencitas ya son “estrellas” del indie.
Puntaje del disco
1. El Parque Parecía No Tener Fin (7)
2. Ojos En El Carro (8,5)
3. Ciudad Satélite (8)
4. Temporada de Jacarandas (7,5)
5. Quiero Otoño de Nuevo (7,5)
6. Cambinos Del Pasar (7)
7. Viceversa (7)
8. Nostalgia (7)
9. Boötes Void (7,5)
10. Nada Es Estático Y Evoluciona (7)
11. Club De Chicas (7)
12. Para Gali (8)
13. Párpados Morados (7,5)
Especial para: Cuando
el momento indicado llegue o si quieres escapar de este mundo por un buen rato.