“Yo sólo quería ser un miembro de The Strokes, ahora mira el desastre que me hiciste hacer” (Alex Turner, línea inicial del disco con Star Treatment)
“Tranquility Base” es el nombre del lugar en la luna donde el Apolo 11 aterrizó por primera vez en 1969 (la primera base lunar habitada) para que luego Neil Armstrong saliera y dijera las palabras que todos ya conocemos. Yendo al caso, normalmente una de las frases románticas por excelencia que le promete un hombre a una mujer es “te voy a llevar a la luna” … bueno imagino que lo quieren decir es a ese lugar, aunque obviamente es una promesa que no puedes cumplir (a menos que seas astronauta).
El que si prometió y cumplió fue Alex Turner, que a principio de año anunció que se venía el sexto álbum de estudio de los Arctic Monkeys, que se titularía “Tranquility Base, Hotel + Casino” y que no vendría acompañado por single alguno (Yes! Así me gusta). El nombre, como ya hemos dicho, hace alusión a ese sitio de la luna al que decidió añadir una pequeña ampliación de infraestructura, ya que si tenemos pensado it para allá de seguro vamos a querer descansar y divertirnos un poco. En la portada se puede ver perfectamente la maqueta diseñada (creo yo) por el mismo Alex del hotel y el casino sobre un grabador de cinta y fondo oscuro.
También, el vocalista había mencionado a los medios que el disco lo había compuesto casi en su totalidad con el piano que le regalaron por su cumpleaños, así que todo indicaba que aquello sumado al nombre del trabajo y a la estética “buki” que ahora tenía la banda nos traería probablemente el disco más romántico de los Monkeys, pero no fue así. Quizás debimos prestar más atención a que la barba de Turner parecía más la de vagabundo que a la de un baladista para saber hacia qué dirección iría el disco.
Con este nuevo trabajo una vez más la agrupación de Sheffield nos sorprende cambiando de estilo y estética, mostrando por primera vez una (forzada) apariencia y actitud madura, revisitando a grandes exponentes de la música del pasado para musicalizar un viaje hasta llegar a el único satélite que tiene la tierra. El material de hecho parece más una banda sonora, bien unificada donde los silencios entre pista y pista son breves para no perder el hilo.
El álbum destaca principalmente por dos cosas. Primeramente por las letras de Turner que para la decepción de sus fans féminas ya no son todas canciones de amor o cursilerías, ahora habla sobre temas de la sociedad y las problemáticas del mundo que nos rodea (Ojo Father John Misty, que ya te quieren copiar) pero como siempre lo hace de manera magistral, con un montón de referencias a la cultura popular. Alex es ahora como el tío borracho que en el cumpleaños de la sobrina le piden que se siente al piano y cante sus canciones de siempre, así de simple la descripción.
Luego, el disco destaca también por el mayor protagonismo de la parte vocal, dejando relegado a los demás integrantes de la banda como meros acompañantes. De hecho, el disco fue pensado como un trabajo solista de Alex Turner pero él no lo permitió que ocurra tal cosa, quizo que su banda lo apoyara. Matt Helders el baterista (uno de los mejores de nuestra generación) ya no suena agresivo o pesado como en el último trabajo de la banda (el glamoroso AM) sino cambia rotundamente su estilo por uno más sencillo y tranquilo, pero igualmente brillante. La guitarra solo aparece en pocos momentos oportunos y el trabajo del bajo sólo si lo escuchas atentamente puedes notar que es soberbio, pero como dije, el que se roba el show es Alex con su voz que tiene ese algo que a las chicas hacen suspirar, pero que aquí peca un poco de sobreactuación (y hasta de imitación).
“Star Threatment” pone en punto de partida el disco con una balada crepuscular a lo Prince que parece ambientarnos a un bar en el que la atracción de la noche son los nuevos Arctic Monkeys, donde su vocalista está sentado al piano con un aspecto de crooner y que empieza a contarnos sus inquietudes, mientras de nuestra mente no se va la imagen de la luna llena iluminando a sus amigas la nubes en plena medianoche. La línea de piano es tan placentera que, aunque la pista roce los 6 minutos de monotonía la hace disfrutable (de igual forma insisto que tiene como 2 minutos de sobra).
Le sigue “One Point Perspective” que con unos golpes constantes de una tecla del piano (luego dos) parece la banda sonora de una película muda, que más tarde se va tornando en canción casi con estética Disney que lleva por momentos ciertos retazos del AM de 2013. Ah, y también posee un solo de guitarra bastante bonachón.
“American Sports” casi sin pausa arremete con unos inquietantes sintetizadores mientras Alex hace una imitación sólida de Leonard Cohen para luego volver a su personaje. La canción habla de un futuro distópico con guiño a Josh Tillman de por medio, relatando con ingeniosas frases como sería si personas no capacitadas como nosotros podríamos habitar en la luna. Buen track conceptualmente y ya van tres.
Por otro lado “Tranquilty Base Hotel + Casino”, la canción, vuelve a traer desde la tumba al francés Serge Gainsbourg (esos teclados tan característicos), un tema que engloba el concepto del disco y que probablemente tiene el estribillo más reconocible. La sonoridad aquí es casi apocalíptica, pero a la vez ensoñadora a lo… sí, Radiohead.
“Golden Trucks” tiene la primera distorsión guitarrera del disco, una composición que recuerda a los The Beatles del Abbey Road y por momentos al propio Duque Blanco, quien volverá apenas termine esta canción para apoderarse de manera definitiva de la pieza siguiente “Four Out Of Five”. Alex nos muestra nuevamente lo buen imitador que es igualando el color de voz de Bowie a la perfección en una canción dedicada a nosotros los que tanto andamos dedicados a calificar las cosas por medio de puntuaciones; en este caso él dice ser solo un “cuatro estrellas de cinco”, osea, que no es perfecto. Es sin discusión el himno del disco y el que no le daría vergüenza a un “poser/fan” del grupo escuchar junto a las demás canciones del AM, el Humbug o hasta incluso el Whatever they say i am thats what im not.
Esa fue la estupenda primera mitad, lastimosamente luego llegan las otras 5 canciones que no llenan del todo las expectativas pero que, ¡rayos!, tampoco desentonan para nada. “The World’s First Monster Truck Front Flip” empieza a recordarnos a The Last Shadow Puppets, (la agrupación que tiene Turner con Miles Kane) por su aire western y su letra sobre el enamoramiento que sin embargo flaquea a medida que pasan los segundos. De igual manera se siente “Science Fiction” un poco tímida, sin nada más que mostrar a excepción de esa instrumentación medio Nick Cave y el intento de sonar futurista.
La apuesta vuelve a subir por suerte con la fanfarria y exquisitez funky de “She Looks Like Fun” donde vuelven a resonar los mismos artistas de siempre ya sea con un toque Magical Mistery Tour o un Ziggy Stardust . A la mitad, un solo de guitarra nos dirige hacia un viaje de una nave espacial que se va elevando más y más hasta que ya no podemos verla desde la tierra (¡Buen viaje Apolo no se qué cuantos!). Una vez en el espacio una música como de series de los 80’s empieza a sonar, esa es “Batphone” un tema que habla de la tecnología, algo que debemos mantener vigilado según palabras del propio artista (Lo ven, hablo más de él que de la banda, ¿debía ser un disco solista no?).
El cierre es como el nombre del último tema nos dice que es, “The Ultracheese”, una balada cincuentera a piano que nos recuerda a Las Vegas, que a su vez nos recuerda a los casinos, que a su vez nos recuerda a que estamos ya en uno sobre la luna, luego del aterrizaje y contemplando la tierra que se puede ver muy grande desde aquí. Es un buen cierre muy de película clásica, aunque se torna desconcertante que se corte abruptamente justo cuando el vocalista se disponía a hacer su falsete final.
En fin, “Tranquility Base, Hotel + Casino” no es el disco rompedor o comercial que esperábamos luego del exitoso último trabajo que les hizo tener más fans que nunca (personas que ahora de seguro andan decepcionadas), pero un gran trabajo. La primera parte es brillante y decae un poco en la segunda mitad, pero digamos que esta vez nuestro amigo Alex quizo dar más protagonismo al mensaje de sus canciones más que las canciones en sí, y hasta cierto punto lo hizo muy bien. Ya fueron estrellas en dos tiempos puntuales del siglo XXI, ahora llegó el momento de hacer caso a la inspiración que surja, que para el líder y frontman fue ver la luna e imaginarse vivir en ella.
Tampoco digo que es de los mejores de su discografía, pero es destacable sobre todo por su valentía de apostar al arte antes que complacer a los fans (casi un suicidio en estos tiempos del internet, lleno de memes y comentarios maliciosos) quienes deben entender que a los “monos” ya les crecieron las barbas y ahora les gusta ir de bar en bar a tocar sus canciones de hombres preocupados por la sociedad.
Escúchenlo, en algún momento conectarán (como yo lo hice luego de varias escuchas) y la experiencia será maravillosa. Sólo por eso merece esta nota:
1. Star Treatment (8)
2. One Point Perspective (7,5)
3. American Sports (8)
4. Tranquility Base Hotel & Casino (9)
5. Golden Trunks (8,5)
6. Four Out of Five (9)
7. The World's First Ever Monster Truck Front Flip (6,5)
8. Science Fiction (6)
9. She Looks Like Fun (7,5)
10. Batphone (7,5)
11. The Ultracheese (7)
Especial para: Debes encontrar el momento adecuado para conectar con el disco. Yo recomiendo que sea cuando tengas mucho tiempo, más si es de noche por el ambiente nocturno del trabajo.
“Tranquility Base” es el nombre del lugar en la luna donde el Apolo 11 aterrizó por primera vez en 1969 (la primera base lunar habitada) para que luego Neil Armstrong saliera y dijera las palabras que todos ya conocemos. Yendo al caso, normalmente una de las frases románticas por excelencia que le promete un hombre a una mujer es “te voy a llevar a la luna” … bueno imagino que lo quieren decir es a ese lugar, aunque obviamente es una promesa que no puedes cumplir (a menos que seas astronauta).
El que si prometió y cumplió fue Alex Turner, que a principio de año anunció que se venía el sexto álbum de estudio de los Arctic Monkeys, que se titularía “Tranquility Base, Hotel + Casino” y que no vendría acompañado por single alguno (Yes! Así me gusta). El nombre, como ya hemos dicho, hace alusión a ese sitio de la luna al que decidió añadir una pequeña ampliación de infraestructura, ya que si tenemos pensado it para allá de seguro vamos a querer descansar y divertirnos un poco. En la portada se puede ver perfectamente la maqueta diseñada (creo yo) por el mismo Alex del hotel y el casino sobre un grabador de cinta y fondo oscuro.
También, el vocalista había mencionado a los medios que el disco lo había compuesto casi en su totalidad con el piano que le regalaron por su cumpleaños, así que todo indicaba que aquello sumado al nombre del trabajo y a la estética “buki” que ahora tenía la banda nos traería probablemente el disco más romántico de los Monkeys, pero no fue así. Quizás debimos prestar más atención a que la barba de Turner parecía más la de vagabundo que a la de un baladista para saber hacia qué dirección iría el disco.
Con este nuevo trabajo una vez más la agrupación de Sheffield nos sorprende cambiando de estilo y estética, mostrando por primera vez una (forzada) apariencia y actitud madura, revisitando a grandes exponentes de la música del pasado para musicalizar un viaje hasta llegar a el único satélite que tiene la tierra. El material de hecho parece más una banda sonora, bien unificada donde los silencios entre pista y pista son breves para no perder el hilo.
El álbum destaca principalmente por dos cosas. Primeramente por las letras de Turner que para la decepción de sus fans féminas ya no son todas canciones de amor o cursilerías, ahora habla sobre temas de la sociedad y las problemáticas del mundo que nos rodea (Ojo Father John Misty, que ya te quieren copiar) pero como siempre lo hace de manera magistral, con un montón de referencias a la cultura popular. Alex es ahora como el tío borracho que en el cumpleaños de la sobrina le piden que se siente al piano y cante sus canciones de siempre, así de simple la descripción.
Luego, el disco destaca también por el mayor protagonismo de la parte vocal, dejando relegado a los demás integrantes de la banda como meros acompañantes. De hecho, el disco fue pensado como un trabajo solista de Alex Turner pero él no lo permitió que ocurra tal cosa, quizo que su banda lo apoyara. Matt Helders el baterista (uno de los mejores de nuestra generación) ya no suena agresivo o pesado como en el último trabajo de la banda (el glamoroso AM) sino cambia rotundamente su estilo por uno más sencillo y tranquilo, pero igualmente brillante. La guitarra solo aparece en pocos momentos oportunos y el trabajo del bajo sólo si lo escuchas atentamente puedes notar que es soberbio, pero como dije, el que se roba el show es Alex con su voz que tiene ese algo que a las chicas hacen suspirar, pero que aquí peca un poco de sobreactuación (y hasta de imitación).
“Star Threatment” pone en punto de partida el disco con una balada crepuscular a lo Prince que parece ambientarnos a un bar en el que la atracción de la noche son los nuevos Arctic Monkeys, donde su vocalista está sentado al piano con un aspecto de crooner y que empieza a contarnos sus inquietudes, mientras de nuestra mente no se va la imagen de la luna llena iluminando a sus amigas la nubes en plena medianoche. La línea de piano es tan placentera que, aunque la pista roce los 6 minutos de monotonía la hace disfrutable (de igual forma insisto que tiene como 2 minutos de sobra).
Le sigue “One Point Perspective” que con unos golpes constantes de una tecla del piano (luego dos) parece la banda sonora de una película muda, que más tarde se va tornando en canción casi con estética Disney que lleva por momentos ciertos retazos del AM de 2013. Ah, y también posee un solo de guitarra bastante bonachón.
“American Sports” casi sin pausa arremete con unos inquietantes sintetizadores mientras Alex hace una imitación sólida de Leonard Cohen para luego volver a su personaje. La canción habla de un futuro distópico con guiño a Josh Tillman de por medio, relatando con ingeniosas frases como sería si personas no capacitadas como nosotros podríamos habitar en la luna. Buen track conceptualmente y ya van tres.
Por otro lado “Tranquilty Base Hotel + Casino”, la canción, vuelve a traer desde la tumba al francés Serge Gainsbourg (esos teclados tan característicos), un tema que engloba el concepto del disco y que probablemente tiene el estribillo más reconocible. La sonoridad aquí es casi apocalíptica, pero a la vez ensoñadora a lo… sí, Radiohead.
“Golden Trucks” tiene la primera distorsión guitarrera del disco, una composición que recuerda a los The Beatles del Abbey Road y por momentos al propio Duque Blanco, quien volverá apenas termine esta canción para apoderarse de manera definitiva de la pieza siguiente “Four Out Of Five”. Alex nos muestra nuevamente lo buen imitador que es igualando el color de voz de Bowie a la perfección en una canción dedicada a nosotros los que tanto andamos dedicados a calificar las cosas por medio de puntuaciones; en este caso él dice ser solo un “cuatro estrellas de cinco”, osea, que no es perfecto. Es sin discusión el himno del disco y el que no le daría vergüenza a un “poser/fan” del grupo escuchar junto a las demás canciones del AM, el Humbug o hasta incluso el Whatever they say i am thats what im not.
Esa fue la estupenda primera mitad, lastimosamente luego llegan las otras 5 canciones que no llenan del todo las expectativas pero que, ¡rayos!, tampoco desentonan para nada. “The World’s First Monster Truck Front Flip” empieza a recordarnos a The Last Shadow Puppets, (la agrupación que tiene Turner con Miles Kane) por su aire western y su letra sobre el enamoramiento que sin embargo flaquea a medida que pasan los segundos. De igual manera se siente “Science Fiction” un poco tímida, sin nada más que mostrar a excepción de esa instrumentación medio Nick Cave y el intento de sonar futurista.
La apuesta vuelve a subir por suerte con la fanfarria y exquisitez funky de “She Looks Like Fun” donde vuelven a resonar los mismos artistas de siempre ya sea con un toque Magical Mistery Tour o un Ziggy Stardust . A la mitad, un solo de guitarra nos dirige hacia un viaje de una nave espacial que se va elevando más y más hasta que ya no podemos verla desde la tierra (¡Buen viaje Apolo no se qué cuantos!). Una vez en el espacio una música como de series de los 80’s empieza a sonar, esa es “Batphone” un tema que habla de la tecnología, algo que debemos mantener vigilado según palabras del propio artista (Lo ven, hablo más de él que de la banda, ¿debía ser un disco solista no?).
El cierre es como el nombre del último tema nos dice que es, “The Ultracheese”, una balada cincuentera a piano que nos recuerda a Las Vegas, que a su vez nos recuerda a los casinos, que a su vez nos recuerda a que estamos ya en uno sobre la luna, luego del aterrizaje y contemplando la tierra que se puede ver muy grande desde aquí. Es un buen cierre muy de película clásica, aunque se torna desconcertante que se corte abruptamente justo cuando el vocalista se disponía a hacer su falsete final.
En fin, “Tranquility Base, Hotel + Casino” no es el disco rompedor o comercial que esperábamos luego del exitoso último trabajo que les hizo tener más fans que nunca (personas que ahora de seguro andan decepcionadas), pero un gran trabajo. La primera parte es brillante y decae un poco en la segunda mitad, pero digamos que esta vez nuestro amigo Alex quizo dar más protagonismo al mensaje de sus canciones más que las canciones en sí, y hasta cierto punto lo hizo muy bien. Ya fueron estrellas en dos tiempos puntuales del siglo XXI, ahora llegó el momento de hacer caso a la inspiración que surja, que para el líder y frontman fue ver la luna e imaginarse vivir en ella.
Tampoco digo que es de los mejores de su discografía, pero es destacable sobre todo por su valentía de apostar al arte antes que complacer a los fans (casi un suicidio en estos tiempos del internet, lleno de memes y comentarios maliciosos) quienes deben entender que a los “monos” ya les crecieron las barbas y ahora les gusta ir de bar en bar a tocar sus canciones de hombres preocupados por la sociedad.
Escúchenlo, en algún momento conectarán (como yo lo hice luego de varias escuchas) y la experiencia será maravillosa. Sólo por eso merece esta nota:
Puntaje del disco
1. Star Treatment (8)
2. One Point Perspective (7,5)
3. American Sports (8)
4. Tranquility Base Hotel & Casino (9)
5. Golden Trunks (8,5)
6. Four Out of Five (9)
7. The World's First Ever Monster Truck Front Flip (6,5)
8. Science Fiction (6)
9. She Looks Like Fun (7,5)
10. Batphone (7,5)
11. The Ultracheese (7)
Especial para: Debes encontrar el momento adecuado para conectar con el disco. Yo recomiendo que sea cuando tengas mucho tiempo, más si es de noche por el ambiente nocturno del trabajo.