"Todo es sexo, excepto el sexo, que es poder. Sabes que el poder es solo sexo. Me jodes y yo también te jodo. todo es sexo... ...Ahora pregúntate, quién te está jodiendo" (Screwed, Janelle Monae)
El difícil no hacer comentarios positivos de un disco 100%
feminista en estos días, es por eso que entiendo a la crítica. Janelle Monae es
una artista con todas las letras, una perfeccionista y una maniática del nuevo
R&B de nuestro tiempo que esta vez no lo logró del todo, pero su discurso
es tan bueno que para muchos no merece ser criticado.
En esta página me dedico a hablar de la música, de las
buenas composiciones que tiene un disco y su relevancia para generaciones
futuras, y “Dirty Computer” carece de estos dos factores. Era esperable que
esto pasara, Janelle se encontraba muy concentrada en su carrera actoral y ya
estaba siendo reconocida en el medio; poco a poco fue dejando la música de lado, hasta
parece que se olvidó de cómo hacerla brillar. Perdió su magia.
Soy fan de las obras de Janelle Monae, es por eso el trabajo me sigue
gustando, pero lo veo inferior a sus predecesores. Me animo incluso a decir que
Monae esta vez puso como punto de partida primeramente el concepto, hasta escribió antes
su “emotion picture” (película que acompaña al disco) y luego pensó en la música,
eso para mí que está mal. Es un disco de música, y es eso lo que debe de estar
primero, parece como que le urgió deasiado sacar este trabajo pues tenía algo que
quería gritar al mundo, pero fallo en lo más importante. No veo que estas
canciones resistan el paso del tiempo.
Para colmo el disco musicalmente no aporta nada nuevo, la “electric
lady” se despoja de su sonido Disney característico para sonar ahora a los
artistas por del momento... y de pasado, entre ellos claramente estamos hablando
de Prince, artista que colaboró en el álbum anterior de Janelle y se volvió
como una especie de mentor para ella. Su muerte la dejó devastada, tanto que
quiso rendirle un homenaje. Pero ¿sonar exactamente a Prince en pleno 2018? No
creo que sea buena opción.
El trabajo se divide en tres partes muy evidentes. La
primera es caótica, rompedora y pop. La segunda es más reposada y donde todo
nos recuerda Prince. La tercera es más épica, clásica y dramática. El disco
empieza con el mal augurio que ya nos anuncia el tema titular “Dirty Computer”, el mismo dice que
cuenta con la colaboración de Brian Wilson pero que sólo aporte consiste en unos míseros coros
de fondo. Su voz al inicio del disco hubiera sido mágico, pero así, de entrada
ya tenemos la primera decepción. En los trabajos de hoy las intros se vuelven
fundamentales y aquí no encontramos nada que nos atrape, una pena.
En “Crazy, Classic, Life” encontramos una mejora, parece una
canción de Beyoncé fusionada con Taylor Swift y de eso siempre puede resultar
algo bueno. Hacia el final se me para el corazón al escuchar un rap, miro los créditos
y no veo a ninguna Cardi B… Uff, solo era Janelle, pero vaya que se le parecía.
“Take A Byte” sí me gusta, tiene algo de sus antiguos
trabajos, suena a reina sensual todopoderosa que toma el control del mundo y el
estribillo es muy cinematográfico, nos hace jugar con la imaginación mientras
la oímos. Le sigue el interludio nirvanezco y primer sueño del disco, “Jane’s
Dream”.
Inmediatamente “Screwed”, un hit instantáneo y radiable hace
su aparición (esos coros a lo pop juvenil), con un sample de Kiss de Prince
incluido creo que ya me parece demasiado sobrecargada, pero es quizás el punto más alto
que tiene el disco junto a “Django Jane” que viene unida como si fuera la
segunda parte de la canción, uno de los mejores raps sobre el “flower power”
que se haya hecho. Es como la misma Monae nos dice en uno de sus versos: Dejar a la
vagina hacer un monólogo.
“PYNK” con Grimes es todo lo contrario a la última
colaboración de estas dos (Venus Fly), que pese a ser buena canción suena muy
anticuada. Escucharla sola es muy disfrutable, pero dentro del disco tiene los
segundos contados antes de ser cambiada por la siguiente pista. Su videoclip
parte de la película sí que es muy llamtivo y genial, haciendo alusión nuevamente a la
vagina con un raro pantalón parecido al que David Bowie ya usara décadas mucho
antes.
“Make Me Feel” es otra pista cuyo único gran pecado es estar
ubicado a la mitad. Es buena composición, pero como dije al principio, sonar
exactamente a Prince con el agregado de sonidos guturales como percusiones en
pleno 2018 es una muy, muy mala decisión. “I Got The Juice” sí no tiene
salvación, es malísima, algo raro cuando es nada menos que Pharrell Williams el
colaborador. Un tema de relleno de la época de bailes universitarios grupales
de los 2000 (hey! hey!).
“I Like That”, yes precisamente eso lo que digo a escuchar
esta canción que tranquilamente podía ser una colaboración estelar con SZA (¿Qué
te costo invitarla Janelle? ¿No querías que te opacara?). La pista vuelve a
elevar al disco de la fosa a la que se estaba cayendo, un trap R&B donde ella
confesa que le gusta de todo, osea, es “pansexual”. Todo sobre una atmósfera
musical que desprende lo que desea transmitir la artista, una liberación sexual.
La sección clásica del disco la inaugura “Don’t Judge Me”,
un temazo, sí me animo a decirlo, aunque pasado los dos minutos ya se vuelve
muy predecible, con una épica muy obvia. Personalmente no me gusta que sea muy
diferente a todas las pistas anteriores y no sea la que cierre el trabajo. Uno viendo la película
comprende que pasamos por la parte más emotiva del video, claro está, pero lo
veo una vez más como una excusa, una canción que se hizo luego de la película para
musicalizarla, no para aportar al concepto musical y rítmico del disco que ahora con
estas tres partes diferenciables se vuelve un embrollo para el oyente.
Siempre es reconfortante escuchar la voz de Stevie Wonder
hablando de amor, y eso se da en el último interludio del disco en “Stevie’s
Dream”. A continuación, una canción que mezcla nuevamente a dos artistas, Miley
Cyrus al principio y luego St. Vincent, “So Afraid”, un tema demasiado
inofensivo pese a todos los intentos de salvarla de la artista en su trayecto.
Para cerrar está la ochentosa “Americans”, tema que sirve
para musicalizar los créditos finales de la película "Dirty Computer". Posee unos spoken words
de una voz muy parecida a Martin Luther King, aunque es muy probable que no sea él por lo que precisamente nos dice esa voz (es la misma que suena en la pista dos, por cierto). Su
discurso es anti Trump como era de esperarse, apoyando a los latinos y diciendo
que la América de hoy no es América que
debe ser. Como se dieron cuenta hablé más del spoken word que de la canción en
sí, y es porque no tiene nada más para resaltar, un homenaje a la música de los
80´s con cierto parecido al final de mejor disco de Kanye West y nada más.
En fin, Dirty Computer tiene puntos altos pero no llena las expectativas
generadas, es un buen disco pero no pasa de ahí. La película es interesante y
tiene una fotografía estupenda, pero aquí calificamos la música y es allí donde
Janelle perdió la magia, ojalá momentáneamente. Se nota que aplicó su
perfecionismo una vez más con este LP, pero no le quedo muy bien el resultado, quizás le faltó
arriesgarse más.
Muchos comparan este trabajo con el Masseducction de St.
Vincent, pero a mí me parece que hasta el de Annie superará el paso del tiempo con más altura que la de Cindi (alter ego de Janelle), que aclaro nuevamente, es un trabajo bueno y disfrutable, con un
concepto impresionante (es el disco feminista que el mundo necesitaba) pero que no brilla, por ende su impacto será menor en el futuro por más que la critica la
quiera salvar reconociéndola hoy.
Puntaje del disco
1. Dirty Computer [feat. Brian Wilson] (7.5)
2. Crazy, Classic, Life (8)
3. Take a Byte (8.5)
4. Jane's Dream (-)
5. Screwed [feat Zoë Kravitz] (8,5)
6. Django Jane (9)
7. PYNK [feat. Grimes] (7)
8. Make Me Feel (7)
9. I Got The Juice [feat. Pharrell Williams] (6)
10. I Like That (9)
11. Don't Judge Me (8)
12. Stevie's Dream [feat. Stevie Wonder] (-)
13. So Afraid (7)
14. Americans (6,5)
Especial para: Ponerlo mientras te das una ducha, como todos los discos que hace Janelle.