“Sería cien veces más fácil si fuéramos jóvenes de nuevo. Pero
como es, así es. Somos solo dos bailarines lentos, los últimos en salir, somos
dos bailarines lentos, los últimos en salir” (Two Slow Dancers, Mitski)
Mistki Miyawaki, la artista japonesa americana de 27 años
había alcanzado un gran éxito de crítica y público con su cuarta placa
discográfica (la primera con un sello importante) “Puberty 2”, incluso para
este servidor había firmado la mejor canción del 2016, “Your Best American Girl”,
toda una declaración de intenciones sobre sentirse tan norteamericana como todas
las demás, encapsulada en una canción de amor, rock a lo “Creep”.
Con el título de su siguiente trabajo “Be The Cowboy” sube aún
más la apuesta en cuanto su apropiación de la cultura yankee evidentemente y
hasta a mi parecer este es el disco más americano en cuanto a concepto que he
escuchado en el año hasta el momento.
El titulo, según la nota de prensa del sello del álbum, proviene
de la admiración que sentía Mitski por un compañero de universidad con porte de
“vaquero” que subía al escenario a cantar con gran personalidad. Pasado un
tiempo ya no supo más nada de él, quería seguir viéndolo, pero sus intentos de
volver a verlo cantar en vivo fueron fallidos. Entonces decidió que si tanto
admiraba a ese vaquero debía ser ella una también, cantar en los escenarios
como aquel personaje acostumbraba hacer.
Y es así como se siente al escuchar el disco, un show en
vivo de media hora donde la japonesa nos muestra toda su versatilidad y por
supuesto su ya acostumbrada carga emotiva. El joven productor Patrick Hyland
expresó que intentaron evitar efectos vocales superspuestos por eso, con la intensión
de que al darle play al trabajo podamos sentir que Mitski se encuentra sola con
su guitarra sobre el escenario y con un destello de luz alumbrándola.
La artista también evito todo sonido que la caracterizaba
hasta el momento, quería sonar diferente pero apoyándose de algunas claras
influencias, algunas nuevas y otras viejas como lo son St Vincent (como la principal), Angel
Olsen, PJ Harvey, The Beatles, Radiohead y por qué no la forma de escribir de
Frank Ocean, porque imagino que a más de uno se le habrá venido a la cabeza “Blonde”
al escuchar otro disco “repleto de interludios”.
Sí, porque de las 14 canciones que tiene “Be The Cowboy”
sólo 2 superan los 3 minutos de duración. Se trata de un disco que cuenta
sucesos cortos de la forma vida americana teniendo como tema central a “la
soledad” más como un antónimo del amor encontrándose ya en una edad madura. Mitski
se introduce en la mente de las personas mayores a ella que miran al pasado, cuestionándose
todas las consecuencias de sus actos, destacando nuevamente la forma bien
intima en que lo hace, sin dejar de lado los momentos que pueden ser calificados como bien rockeros.
“Geyser” es la apertura del álbum a punta de un sonido de órgano
entre la humareda que luego estalla sonando de manera triunfal y
describiendo perfectamente el incontenible deseo que sentía la mujer protagonista del disco por hacer
música porque esa su pasión. Una intro perfecta para el concepto de “sé el
vaquero” que tiene el disco.
Ya en la segunda pista la influencia de Annie Clak se hace
presente, “Why Didn’t You Stop Me?” es un mágico y divertido tema que destaca
por los teclados, grandes protagonistas del álbum. Habla sobre el ego y el
orgullo luego de un rompimiento amoroso, porque uno siempre quiere ser “el
centro” de la relación.
La balada “OId Friend” evoca nuevamente en su carrera a Thom
Yorke en la parte vocal e instrumental pero un tierno sintetizador es el que
coloca la cereza al postre para darle un gusto diferente. Inmediatamente viene “A
Pearl” una canción sobre relaciones tóxicas con toque de Angel Olsen que utiliza por
primera vez la fiereza de las guitarras.
“Lonesome Love” es un bonito country folk ”indie”que
lastimosamente dura un poco más de un minuto, y te deja con ganas de más. Su
desarrollo es genial al igual que su corta letra que habla sobre intentar
volver con el ex, no solo por la necesidad amorosa, sino física. También posee
la línea que inspiró a la portada del disco, cuando habla del “make up” que en
el artwork podemos ver como si Mitski
se estuviera preparando para el show en vivo, el que nos está dando aquí precisamente.
“Remember My Name” nos trae un pegadizo riff (nuevamente
Olsen) y una de las pocas canciones que te entran en las primeras escuchas del
disco (vaya que cuesta) y “Me y and My Husband” tras un suspiro; otro folk esta vez más bailable que
trata temas como el matrimonio y el olvido. En la siguiente, “Come Into The
Water” con algo de PJ Harvey y St. Vincent a la vez hace de continuación al
tema anterior de manera más pausada, sentenciando las intenciones de la mujer
protagonista: “No sabía que tenía un sueño, no lo sabía hasta que te vi ¿Entonces
me dirías si me quieres? Porque no puedo moverme hasta que me muestres…”.
La soledad vuelve a estar presente en el sencillo “Nobody”,
con diferencia el himno del álbum. Un disco cuasi funky muy emocional gracias
al aporte del piano y esencialmente a ese silencio que se hace en el minuto 2 para
que la canción crezca alcanzando picos épicos que te ponen la piel de gallina
mientras la japonesa repite que “nadie la quiere”. Luego, otro punto alto es “Pink
in The Night” donde en contrapartida lo que se repite casi de manera
reconfortante y espiritual es la frase “I Love You”.
“A Horse Name Cold Air” es una mini fábula acompañada de un
oscuro piano que hace buen uso de la voz más que atrapante de la artista
(Mientras el señor Yorke vuelve a sonreír) al que le sigue “Whasing Machine
Heart” y su pesado beat de sintetizador que representa los latidos del corazón
de Mitski (o la protagonista del álbum),que en esta canción luminosa se muestra desesperada por no perder el
control de la situación, cosa que efectivamente ocurre en “Blue Light” luego de
recibir un beso que la lleva a la euforia. Pero esta alegría se desvanece otra vez a los
últimos minutos luego de que un recuerdo llega a su mente y la lleva a la sala
de gimnasia de su antiguo colegio.
“Two Slow Dancers” se encarga de cerrar el álbum, una enorme
pieza cargada de emotividad donde podemos ver a presumiblemente a dos ex novios
de la juventud bailando lentamente en las baldosas del gimnasio recordando sus
momentos juntos, pues sólo les queda nada más que eso ya que por esas cosas del destino no pueden
estar juntos. El momento cuando llega las líneas de sintetizador hacia la mitad sin ninguna
duda te rompe el corazón. Así como lo fue la apertura, esta pieza es el cierre
perfecto que podía tener un disco como éste y que resume de manera excelente todo lo
que se estuvo tratando en las 13 canciones anteriores.
Bien, “Be The Cowboy” es un gran disco al que le debes
dedicar mucho tiempo para comprenderlo, cuyo concepto está bien aplicado pero
que musicalmente no llega a sorprender, siendo este su único defecto
reprochable. Eso sí, tiene la virtud de contar con canciones cortas, ya que
ninguna se te hace pesada pues se acaban antes de que eso pase, es por ello que
podemos decir con certeza que se trata del álbum más equilibrado de Mitski, por
no decir el mejor. Aunque no tenga momentos muy altos como los tuvo el disco
anterior es mucho más consistente, entretenido y hasta emotivo.
Podemos decir también que este será el disco que la puede
convertir en estrella y bien que se lo merece por el talento que posee, tal
parece que a eso se apuntó y vaya que lo está logrando. He aquí otro de los
discos que dividirán a la gente en cuanto a “que tan bueno puede ser”, pero que
indudablemente para mí es un trabajo indispensable del año y que merece ser recordado.
Puntaje del disco
1. Geyser
2. Why Didn't You Stop Me?
3. Old Friend
4. A Pearl
5. Lonesome Love
6. Remember My Name
7. Me and My Husband
8. Come Into the Water
9. Nobody
10. Pink in the Night
11. A Horse Named Cold Air
12. Washing Machine Heart
13. Blue Light
14. Two Slow Dancers
Especial para: El momento adecuado, si no te "llega" el disco sigue intentando.