ÁLBUMES 2018: VIRTUE - THE VOIDZ (USA)

“Honestamente, hombre, mi sueño es que seamos mainstream. El mainstream está tan loco estos días… Drake, Justin Bieber… Katy Perry. Hay un montón de esa música que yo no tocaría en mi casa... …Hay canciones que son como hits secretos. Por ejemplo, esa canción de Spoon que se llama “The Underdog”, en los 80 hubiera sido un gran hit. En esta época no fue mainstream, pero debería haberlo sido. Queremos llegar al mainstream para poner ahí música que importe” (Julian Casablancas para Revista Playlist Chile, 2018).

Los jóvenes de hoy crecimos con la historia de que a principios de siglo el rock estaba agonizando, hasta que un día llegó una banda que con sólo un disco lo volvió a revitalizar: The Strokes. Esa agrupación estaba liderada por Julian Casablancas, un joven “carilindo” de familia acomodada cuya fuerte adicción a la bebida lo trasladaba de manera efectiva a su forma de cantar pero que tenía la “virtud” de ser un inquieto y gran compositor.

“Is This It” el excelso trabajo que los catapultó fue su don, pero también su maldición. La carrera de la banda fue a pique disco tras disco de manera muy rápida y según el vocalista esto fue porque se sentía que ya no tenían “un rumbo a seguir como banda”, es por eso que él tomó la decisión empezar una carrera solista en forma paralela ¿Cómo le fue? Tampoco muy bien, el rock fue estancándose poco a poco frente a los requerimientos de la música de hoy dejando de ser el estilo predilecto por la nueva generación, mientras los intentos de experimentación para revertir esta situación por parte de Casablancas fueron simplemente fallidos. Pero él se mantenía constante, si una vez pudo salvar al rock ¿Por qué no lo puede hacer por segunda vez? (probablemente se decía).

Y aquí, varios años después tenemos ante nosotros a otro más de sus intentos titulado “Virtue”, el segundo de los trabajos que firma junto a la banda que lo acompaña, The Voidz, y lo que podemos decir de él luego de unas cuantas oídas es: “Sí, ahora sí”.

“Virtue” (de llamativa portada diseñada por el argentino Felipe Pantone), comparado con su antecesor “Tyranny”, es mucho más accesible y encaja en momentos puntuales con el “indie pop” que se hace hoy en día. Son 15 canciones bastante variadas que reflejan el estado de libertad con que seguramente se tomó la composición de esta obra con Julian a la cabeza ya no como un dictador sino como un componente más del conjunto (De hecho, el nombre de la banda era antes Julian Casablancas + The Voidz y ahora solo se llama The Voidz).

Si todavía no escuchaste la obra, de seguro te preguntas si es un disco que le da una nueva vuelta al rock o algo parecido ¿verdad? Pero no es así, utiliza varios recursos antiguos de canciones y grupos pasados, pero el punto a favor es que lo hace con tanta soltura, con ganchos tan pop y sin miedo a ir a terrenos desconocidos que sus excesivos 58 minutos de duración se te hacen sumamente entretenidos.

“Leave It In My Dreams” con unos suaves acordes de guitarra pone punto de partida al trabajo, en una canción que nos hace rememorar a los buenos tiempos con su vieja banda y sirve para que el que no le haya seguido la pista en su aventura solista no se sienta perdido. Una pieza muy cálida que especialmente en su solo de guitarra se hace algo como “tropical”.

La travesía continúa con la genial y experimental “QYURRYUS” que según la banda se pronuncia “curious” osea “curiosidad”, a lo que precisamente suena esta pieza de base ochentera interpretada a principio con voz grave por parte de Casablancas, quien luego repentinamente termina poseído por el autotune para así hacer un dueto junto un coro medio Kraftwerk.

La atracción no para con el industrial y stoner rock del sencillo “Pyramid Of Bones” poseedor de un riff, un coro y solo de guitarras brillantes, que por los efectos sobrecargados precisamente en voces que tiene puede confundirte con la de algún que otro vocalista de metal (al principio Marylin Manson, luego Rob Halford).

“Permanent In Highschool” nos trae nuevamente un corte con influencias medio “R&B” y sensualidad arruinada por momentos por la voz de ebrio intentando ser sexy de Casablancas. El estribillo sin embargo sigue siendo efectivo como todos los demás, con algo de misticidad propia del indiepop, con sintetizadores de por medio y épico final.

“AlieNNatioN” es otra maravilla, una base hipopera marciana que funcionaría perfectamente como tono de llamadas de celulares antiguos, que a falta de algún rap lo compensa con pasajes que tocan zonas emocionales muy a lo Kevin Parker y su banda. “One Of The Ones” en cambio vuelve a prender las guitarras para una canción que habla sobre la infidelidad y cuyo estribillo es la representación de la mujer infiel hablando con el amante, con una voz chillona al que le coloco el sello de “buen gancho”.

“And Wordz Are Made Up” es una canción que combina el estilo festivo de Funkadelic con el Tropicalismo y por supuesto un poco de Talking Heads que puede sonar a principio a ese hit llamado “Blurred Lines” y por otro lado “Think Before You Drink” es un sorprendente folk, cover de una canción de Michael Cassidy que además de funcionar de interludio es un excelente momento de reflexión.

“Wink” y su pegajoso ritmo bailarín comandado por un riff que bien pudo haberlo compuesto su amigo Albert Hamond Jr es otro de los momentos altos para sol, playa y arena que luego da paso a la espacialidad de “My Friends Of Wall” un tema muy cambiante con una fuerte onda Radiohead y Sparks+Franz Ferdinand. A continuación "Pink Ocean", una balada lo-fi un poco cursi que bien musicalmente puede ser la continuación de “Instant Crush”, la colaboración que hiciera Julian con Daft Punk, pero que en cuanto a la letra contrasta ya que éste toca temas como la frustración. De los que más te enganchan de todo el trabajo sin lugar a dudas… “I want out of this woooorld…

El disco llega a su trayecto final luego de la fiereza punk y estruendosa de “Black Hole” y el encanto juvenil de “Lazy Boy” que por medio de los sintetizadores psicodélicos nuevamente vuelve a engarchanos con sus melodías. “We're Where We Were”, un claro trabalenguas de título, destaca por su instrumental cambiante que revive al rock de principio del 2000 y su solo de cencerro hacia la mitad, mientras que el cierre “Pointlessness” hace de baladón épico que va subiendo de intensidad gracias a los sintetizadores que suenan como siniestras cuerdas mientras el vocalista va desprendiendo unos falsetes. El final como era de esperarse termina escandalosamente.

“Virtue” como su nombre lo dice, le sacó todo el jugo creativo y compositivo a Casablancas, su gran virtud. Es un disco, como bien venía diciendo, variado y entretenido pero que no cambia nada de lo que se habia hecho. Sin embargo, siento como si fuera que “este es el camino”, que para que el rock no muera como muchos dicen tiene que abrazar estilos no convencionales para así volver a traer al rock a la popularidad.

Bien decía el ex líder de The Strokes, que al sacar su debut con aquella banda como que sintió que tenía esa misión, pero tal parece que ya la cumplió y aunque siga insistiendo aplicadamente ya no lo logrará por segunda vez. Lo que le queda es marcar el camino para el siguiente “mesías” y puede que este disco o el siguiente sean sus enseñanzas para los futuros rockeros, por más exagerado que suene.



Puntaje del disco



1. Leave It in My Dreams  (8,5)
2. QYURRYUS   (8)
3. Pyramid of Bones  (8)
4. Permanent High School  (8,5)
5. ALieNNatioN  (8,5)
6. One of the Ones  (7,5)
7. All Wordz Are Made Up (7,5)
8. Think Before You Drink  (7)
9. Wink  (8,5)
10. My Friend the Walls  (7)
11. Pink Ocean  (8,5)
12. Black Hole (7)
13. Lazy Boy  (7,5)
14. We're Where We Were (7)
15. Pointlessness (8)

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