GÉNERO: DANCE POP / SOPHISTI-POP
CANCIÓN ESTRELLA:
"Hace tiempo que no sé si soy real", con esta frase inicia "Prólogo: real", el tema de apertura de "intro." el álbum debut de Rosana Allende, conocida artisticamente como Ross. Se trata de un spoken word grabado en una sola toma en donde la oriunda de Encarnación nos invita a dar un paseo por las ideas que pasan por su mente y que a medida que avanza se convierte en un discurso más reflexivo sobre la situación a la que se ha estado enfrentando constantemente en los últimos años. En el año 2021, Allende fue diagnosticada con "Transtorno de ansiedad generalizada" un padecimiento que se manifiesta de muchas maneras dependiendo de la persona, pero que en Ross se le presenta con ciertos periodos de disociación de la realidad para evadir situaciones de temor o que le generan estrés.
Esta introducción en donde la voz reverberante de la artista se va combinando con una instrumental envuelta en sintetizadores y corpulentas baterías, fue la última canción en grabarse del álbum, sin embargo es escencial escucharla al principio para entender contexto del trabajo, que para ser el primero de la joven pero ya experimentada artista de 26 años, viene acompañada de líricas que denotan madurez para afrontar situaciones de la vida, algo muy pocas veces visto en un género tan "ligero" en ese aspecto como lo es el pop. Ella misma confiesa que esta nueva forma de escribir viene inspirado de artistas tan dispares a los que ella admira como Mac Miller, Daniel Caesar o Alex Turner, quienes además de transmitir emociones con sus composiciones, sus letras no están exentas de profundidad.
El camino hasta la publicación de "intro." no ha sido fácil. Estamos hablando de un proyecto con canciones que ya se venían materializando desde el 2020, un año antes de la salida de los dos singles más reconocidos de la artista "Doce Ocho" y el microhit "Bay City". Todas ellas habían sido grabadas junto su dúo creativo Carlos Dentice, conocido por su alias First Paraguayan On The Moon, una relación artistica entre cantante-productor basada en la confianza mútua que se fue forjando canción a canción y que con este material pareciera presentarnos ya a la dupla consolidada que puede marcar un antes y un después en el pop nacional (Una asociación muy comparable a lo de Billie Eilish con Finneas, por dar un ejemplo).
Sin embargo el par no siempre estuvo activo trabajando en el álbum durante este periodo, se trató de toda una lucha de resistencia que por un momento, debido a diversos factores personales hasta se creyó perdida (por más increíble que suene ahora). Ahí entra la figura de Marcelo Soler, uno de los productores mayor reconocimiento por su trabajo en el circuito capitalino y al cual el propio Dentice considera "su mentor". Ambos músicos ya habían trabajado a distancia con anterioridad pero sin concretar nada debido a la dificultad que esa situación implicaba.
Soler se enteró de que el proyecto "álbum debut de Ross" no encontraba su curso y como intuyendo que lo que se estaba gestando era importante y digno de sacrificio, viajó a Encarnación a mediados del 2022 para sumarse a Ross y FPOM y así retomar las grabaciones del álbum. Más tarde se sumarían a la causa Rodrigo Quintas, Chino Corvalán o Juampi Rodríguez, y así, el disco que estuvo deambulando entre ser y no ser se volvió... una realidad.
Ya entendiendo el contexto de su concepción y volviendo al aspecto musical, algo que hay que resaltar y que se nota a primera oída de "intro." es su trabajo en la producción. Cuesta encontrar un álbum pop en el catálogo nacional que suene tan imponente en este aspecto como en este material, incluso comparando con los lanzamientos previos de Marcelo Soler. Una explicación para ello es que resulta evidente esa colaboración de maestro-alumno entre Soler y Dentice, dos productores cuyo estilo que los identifica se va vislumbrando a lo largo del álbum, un material que está bien cargado pero en la justa medida para no dejar de sonar elegante. Por eso, este no es un disco fácil como puede parecer, supone todo un desafío procesar todo lo que cada canción ofrece y por ello requiere escucharlo con calma.
No es un error tampoco llamar a este álbum un "disco conceptual", porque como se anticipaba al inicio de esta reseña, a lo largo de las 6 canciones que suceden al prólogo, esa lucha de Ross con su yo interno para lograr calmar sus inseguridades, ansiedades para luego mostrarse confiada y segura en la vida es lo envuelve a toda la narrativa del proyecto. Es una obra optimista, en donde cada canción parece ser el resultado de una reflexión ante un momento duro por el cual la cantautora tuvo que pasar.
"Algo" la balada dream pop que emerge como segundo track es una evidente respuesta a los cuestionamientos de la pista inicial. Frases como "superar este momento, reinventar el argumento" o "reconocer, coexistir y aceptar que somos polvo en el viento" nos exponen que Ross está buscando soluciones que la ayuden sobrellevar las inquietudes que la aquejan y no la dejan pensar con claridad. La canción es la más larga del conjunto y al parecer no en vano, pues con cada repetición nos da a entender que que la protagonista está insististiendo para superar la situación.
"Tengo que seguir" es otra canción de anhelo, motivación y sanación. Ross busca despejar su mente con cambios de rutina, para hacer a un lado el overthinking y así cumplir su deseo de "perderse en la ciudad". Aquí la instrumental es mucho más emotiva con líneas de piano adornando su minutaje y un sensacional solo de teclado final a cargo de Rodrigo Quintas.
La ansiedad e inseguridad se hacen presente en la única canción dedicada a un interés romántico del álbum, "bby phone", una pieza de una exuberancia instrumental más propia del City Pop japonés, con sintetizores lo-fi que nos pone a bailar lento como si estuvieramos igual de enamorados. Aquí Ross pide que la otra persona demuestre un interés a la par de lo que ella esta sintiendo ("Déjame saber a que me estoy enfrentado", repite), una muestra de cómo su padecimiento le afecta también en las cuestiones del amor.
Luego viene la pieza central del álbum, "Movimiento" un movido disco funk que va más allá del concepto, pues nos habla de la artista y su visión para lo que pretende con su música. Su premisa es la autenticidad y su eslógan, que se va repitiendo en la canción, es "solo soy leal a ese sentimiento", una afirmación que escuchando "intro." queda confirmada, pues Ross, cuya carrera iba en un gran ascenso, no ha apuntado a ganarse el público componiendo canciones con temáticas más accesibles que sintiese sería una traición a lo que ella es y siente ("no vendo mi voz, canto lo que siento"). Soujah del dúo Kuña Street corabora con un enérgico rap sumándoae a la causa de ser fiel a uno mismo.
Tras un outro sorpresivo de la canción anterior que lleva la etiqueta funky de Marcelo Soler puesta, llega otra de las mejores piezas del álbum, "Walk Alone" un número groovy dance espacial, que se siente así debido a las voces vocoderizadas del estribillo cantado en inglés (digo voces, pues escuchamos la Iurik Baranski como apoyo a partir del segundo coro). Esta es otra muestra de lo pulida que fue la producción con detalles y capas que notamos con la repetición y que fueron agregadas en el proceso. Aquí Ross nos habla nuevamente del poder encontrarse, siendo ella misma la persona a la que se dirije en toda la canción.
El disco cierra con "ro-fi", una pieza que se siente como una reconciliación consumada consigo misma; Ross encuentra la paz interna y el autocontrol ante su episodios de "desrealización" (aprendí a pensar solo en mí cuando haga falta"). Su sección media es sin dudas el momento más confesional de todo el álbum, explicándonos cómo fue que superó todos estos malos momentos y en qué actividades y personas encontró apoyo. Escuchar este último tema es como sentirse en la cima de una colina, disfrutando del viento, mirando el horizonte, y con la sensación de liberación triunfal que lo logra el reconfortante solo de guitarra de Juampi Rodriguez.
Así culmina "intro." un disco que Rosana Allende titula de esta manera no solo por suponer su primer álbum, sino por tratarse de una introducción hacia su persona. Aquí conocemos sus pensamientos, ideales, por las situaciones por lo que ha pasado y a hacia donde apunta ahora. Una carta de presentación que nos pone sobre la mesa a una artista y su lado humano, con inestabilidades y debilidades como cualquier otro.
Estamos hablando de no solo una de las mejores producciones de pop nacional que se hayan grabado, sino también un modelo a seguir para las nuevas artistas femeninas del país que quieren adentrarse al género y sonar auténticas... o mejor dicho, reales.
Obs: Esta reseña viene acompañada de una mini entrevista complementaria con los protagonistas Rosana Allende y Carlos Dentice. Léala aquí.