"Tenía el coro como 'yo y mi chica'. Entonces pensé: Eso es tan aburrido y cursi, cambiémosle a 'yo y Michael', que se convirtió en esta historia ambigua, y realmente nos gustó eso, escribir una canción pegadiza que te entusiasma, pero del que no tienes idea sobre lo que es el mensaje" (Andrew VanWyngarden sobre Me and Michael, Q Magazine)
No siempre los discos que resucitan a la música del pasado deben de ser malos. Cuando las cosas se hacen bien y las canciones están bien no hay pretexto, es un trabajo bien hecho y punto.
MGMT es un dúo de electropop estadounidense que allá por el 2007 fueran lsensación de para nueva generación de jóvenes gracias a sus poderosos sencillos “Kids”, “Time to Pretend” y “Electric Feel”, todos pertenecientes a su disco debut, Oracular Spectacular.
Por medio de sus canciones tan pegadizas el grupo se hizo un hueco en el mundo del pop y estando en su lugar cualquier banda tomaría el camino seguro de seguir por esa senda pero ellos no, se hicieron los visionarios y la jugada les salió bastante bien.
Sus siguientes discos, Congratulations y especialmente MGMT se lanzaron hacia terrenos más experimentales, se despojaron de cualquier gancho popero y se refugiaron en lo que considerarían su zona de confort artística, creando en ciertos momentos pasajes muy buenos de música con sintetizador. Puede ser que éstos ya predijeran que el pop en ese momento estaría dominado por Taylor Swift, Lady Gaga, Katy Perry, Bruno Mars o Ed Sheeran, y como no querían “juntarse con la chusma” tomaron la decisión de alejarse por un tiempo.
Los fans, amantes del Oracular Spectacular siempre mantuvieron la esperanza de que Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser volvieran con estribillos memorables y música pop, lo que todavía no sabían era cuando realmente ocurriría eso (Miren a los fans de Björk, hace 25 años éstos siguen aguardando algo como lo que fue Debut).
Ni siquiera con la llegada de un puñado de singles entre el año pasado y principios de este 2018, aquellos antiguos chicos indie tuvieron la esperanza de que “Little Dark Age”, cuarta obra de MGMT volviera a traernos música accesible del grupo. Todas tenían un toque experimental (menos la publicada hace unos días, claro está), y uno suponía que al ser sencillos eran aquellas las pistas más “escuchables” del nuevo trabajo.
Nuevo trabajo que, por cierto, tendría además un nuevo colaborador llamado Ariel Pink, el maestro del “pop retro” de nuestro tiempo. Pink se encargaría de escribir unas canciones junto al dúo y también apoyaría en la producción, una buena señal para los que esperábamos nuevamente el regreso de las buenas canciones por parte de MGMT. En los singles el sello de Ariel estaba bien presente, pero la duda todavía estaba implantada.
Fue recién cuando escuché el disco al completo cuando pude decir: Han vuelto. “Little Dark Age” era un trabajo accesible, pegadizo, de sonido retrogrado muy particular que me remitía inmediatamente al también dúo Pet Shop Boys. Era como si los creadores de “West End Girls” gracias a la máquina del tiempo creada por el mismo Ariel hubieran viajado a los 60´s, a la segunda mitad, la más psicodélica.
Obviamente al principio no me gustó nada de eso, me pareció una falta de originalidad total, solo un homenaje más que después del hype de su lanzamiento, se iría quemando con las escuchas hasta ser desechado. Aun así, le di las oportunidades más que necesarias y con ellas creo que las canciones fueron ganando.
Eran todas buenas, y por más copia del pasado que parecían que fueran, la ejecución estaba bien hecha y hacía que el disco se disfrutase hasta el final sin llegar a la monotonía o aburrimiento. A veces los prejuicios pueden jugar un poco en contra (cada vez que oía este disco le iba cambiando la puntuación hasta llegar a la definitiva).
El álbum compuesto de 10 pistas tiene 2 partes diferenciables, trayendo de vuelta el esquema de su debut con las canciones hiteras al principio y las más experimentales al igual que las baladas después (las clásicas cara A y cara B). En esa segunda parte nos encontramos también con una canción más instrumental, y aunque esto hiciera parecer que la “cara B” es menos digerible, no es así, el trabajo en conjunto es fuertemente pop.
Como un torbellino se asoma a nuestros oídos la primera pista, “She Works Out Too Much”, una agradable sorpresa pues te pone a bailar desde el inicio sin nada de especulaciones, una intro directa y tajante sobre lo que será esta primera parte (miras el tracklist y ves que luego vienen los dos primeros singles), y con ella ya empiezas a pronunciar anticipadamente las clásicas palabras: “Esto será un discazo”. La influencia de Ariel Pink está presente en las voces femeninas, el estilo “pop oriental” que suele acostumbrarnos y el riff de sintetizador.
“Little Dark Age” continua el viaje por medio de pesados bajos eléctricos y un estribillo donde la voz solitaria de Andrew parece imitar a la del mismo Neil Tennant. Un synth pop de finales de los ochenta, oscuro como el secreto que se guarda y que hace alusión la letra y título.
La mejor canción del material, “When You Die”, trata sobre lo que nos pasa, o más bien a nuestra alma al momento de morir, guiado todo por un psicodélico pop de guitarras que nos hace sentir como si viajáramos por una montaña rusa en velocidad moderada mientras agitamos nuestras cabezas lentamente. Es lo más parecido al Oracular Spectacular del trío inicial que en su video bastante alucinógeno nos muestra la travesía de un mago al momento de pasar a mejor vida. Al final de la canción nuestra maquina andante se detiene para lo mejor.
No hay nada más nostálgico que el pop de los ochenta, en su momento igual de formulaico que el reggaetón, pero más pegadizo que ello imposible. “Me and Michael” es la gran sorpresa del disco, pues uno no se esperaba nada de esto definitivamente. Con reminiscencias a New Order, de nuevo a los Pet Shop Boys, o para no irnos tan lejos en el tiempo a M83, es una explosión de ternura, euforia y pista de baile a la vez, todo en uno. No sabemos quién es "Michael" pero de seguro fue un agradable sujeto.
El marqueting detrás de la canción es bastante singular, pues así como el mismo video relata, se trata de un supuesto plagio de la canción de mismo nombre de una banda Filipina de nombre True Faith cuyo videoclip fue lanzado realmente (la banda también existe) 6 días antes que el de los MGMT. Este suceso en el trabajo audiovisual del dúo se convierte en toda una tragicomedia con varios gags frikis imperdibles.
“TSLAMP” es otro homenaje más para los creadores de discos como Behaviour o Actually. Un tema dominado por los bajos y efectos electrónicos que desembocan en un “coro gay” celestial (do do do do…). Ni del solo de guitarra se olvidaron, buen trabajo. Por otro lado “James”, que está dedicado a un compañero ocasional de banda para las presentaciones en vivo de mismo nombre, es un medio tiempo tranquilo con voz Iggy Popezca, hipnótica, que se encarga de abrir la segunda parte más experimental. Muy bella canción que hace buen dueto con la anterior.
“Day That Got Away” es el anunciado instrumental, que escuchado por separado es una verdadera locura, pero dentro del disco parece que le quita un poco el ritmo, y eso puede que sea por su extensión de casi 5 minutos. Es lo más cercano a sus últimos trabajos, un verdadero trance sonoro al salir de un pub party (los “day that got away” parecen llamarte para seguir bailando, pero tú ya no puedes, o ya no quieres).
“One Thing Left To Try”, la octava pista es el ejercicio más caótico, con enormes y potentes bases que retumban mientras de nuevo Andrew nos canta sobre su deseo de no morir todavía. Llegando al final de ésta nos encontramos con uno estribillos corales que bien podrían salir de las cuerdas vocales de Panda Bear y a un piano tenebroso, así como la portada que consiste en un fondo amarillo con un payaso granulado que hace referencia a “el grito” de Edvard Munch.
“When You’re Small” nos lleva exclusivamente a los 60´/70’s por medio de un rock sinfónico con cuerdas épicas anunciándonos que el final ya se acerca. Ningún instrumento electrónico hace su aparición aquí, sonando tan natural como podría y debería. El disco culmina con la balada “Hand It Over” un cierre ideal que calma las aguas ante todo lo tumultoso despliege de talento que hemos escuchado. Coescrito con Ariel Pink es una pieza lenta, emotiva y romántica que bien puede acompañarnos en esos momentos de soledad.
Pues bien, MGMT retornaron al pop con un resultado satisfactorio. No es mejor que Oracular Spectacular, el impacto de éste jamás se igualaría, pero definitivamente estamos ante el trabajo más accesible, corto, completo y escuchable de principio a fin del dúo.
Tiene pistas destacables, como “Me and Michael” que no es una de las canciones del año, pero si la que más escucharas por lo adictiva que resulta. El disco tampoco es grandioso, sí uno muy entretenido que revive (así como lo hace con el grupo) la época cuando se hacía el mejor pop, fusionado con la siempre bienvenida psicodelia sesentera. Le bastan fundamentos para ser, por lo menos, uno de los álbumes del año.
1. She Works Out Too Much (8,5)
2. Little Dark Age (8,5)
3. When You Die (9)
4. Me and Michael (9)
5. TSLAMP (8)
6. James (8)
7. Days That Got Away (7,5)
8. One Thing Left to Try (7,5)
9. When You're Small (8)
10. Hand It Over (8,5)
Especial para: Una noche solitaria... entre tú y Michael / los amantes del pop de los 80's
No siempre los discos que resucitan a la música del pasado deben de ser malos. Cuando las cosas se hacen bien y las canciones están bien no hay pretexto, es un trabajo bien hecho y punto.
MGMT es un dúo de electropop estadounidense que allá por el 2007 fueran lsensación de para nueva generación de jóvenes gracias a sus poderosos sencillos “Kids”, “Time to Pretend” y “Electric Feel”, todos pertenecientes a su disco debut, Oracular Spectacular.
Por medio de sus canciones tan pegadizas el grupo se hizo un hueco en el mundo del pop y estando en su lugar cualquier banda tomaría el camino seguro de seguir por esa senda pero ellos no, se hicieron los visionarios y la jugada les salió bastante bien.
Sus siguientes discos, Congratulations y especialmente MGMT se lanzaron hacia terrenos más experimentales, se despojaron de cualquier gancho popero y se refugiaron en lo que considerarían su zona de confort artística, creando en ciertos momentos pasajes muy buenos de música con sintetizador. Puede ser que éstos ya predijeran que el pop en ese momento estaría dominado por Taylor Swift, Lady Gaga, Katy Perry, Bruno Mars o Ed Sheeran, y como no querían “juntarse con la chusma” tomaron la decisión de alejarse por un tiempo.
Los fans, amantes del Oracular Spectacular siempre mantuvieron la esperanza de que Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser volvieran con estribillos memorables y música pop, lo que todavía no sabían era cuando realmente ocurriría eso (Miren a los fans de Björk, hace 25 años éstos siguen aguardando algo como lo que fue Debut).
Ni siquiera con la llegada de un puñado de singles entre el año pasado y principios de este 2018, aquellos antiguos chicos indie tuvieron la esperanza de que “Little Dark Age”, cuarta obra de MGMT volviera a traernos música accesible del grupo. Todas tenían un toque experimental (menos la publicada hace unos días, claro está), y uno suponía que al ser sencillos eran aquellas las pistas más “escuchables” del nuevo trabajo.
Nuevo trabajo que, por cierto, tendría además un nuevo colaborador llamado Ariel Pink, el maestro del “pop retro” de nuestro tiempo. Pink se encargaría de escribir unas canciones junto al dúo y también apoyaría en la producción, una buena señal para los que esperábamos nuevamente el regreso de las buenas canciones por parte de MGMT. En los singles el sello de Ariel estaba bien presente, pero la duda todavía estaba implantada.
Fue recién cuando escuché el disco al completo cuando pude decir: Han vuelto. “Little Dark Age” era un trabajo accesible, pegadizo, de sonido retrogrado muy particular que me remitía inmediatamente al también dúo Pet Shop Boys. Era como si los creadores de “West End Girls” gracias a la máquina del tiempo creada por el mismo Ariel hubieran viajado a los 60´s, a la segunda mitad, la más psicodélica.
Obviamente al principio no me gustó nada de eso, me pareció una falta de originalidad total, solo un homenaje más que después del hype de su lanzamiento, se iría quemando con las escuchas hasta ser desechado. Aun así, le di las oportunidades más que necesarias y con ellas creo que las canciones fueron ganando.
Eran todas buenas, y por más copia del pasado que parecían que fueran, la ejecución estaba bien hecha y hacía que el disco se disfrutase hasta el final sin llegar a la monotonía o aburrimiento. A veces los prejuicios pueden jugar un poco en contra (cada vez que oía este disco le iba cambiando la puntuación hasta llegar a la definitiva).
El álbum compuesto de 10 pistas tiene 2 partes diferenciables, trayendo de vuelta el esquema de su debut con las canciones hiteras al principio y las más experimentales al igual que las baladas después (las clásicas cara A y cara B). En esa segunda parte nos encontramos también con una canción más instrumental, y aunque esto hiciera parecer que la “cara B” es menos digerible, no es así, el trabajo en conjunto es fuertemente pop.
Como un torbellino se asoma a nuestros oídos la primera pista, “She Works Out Too Much”, una agradable sorpresa pues te pone a bailar desde el inicio sin nada de especulaciones, una intro directa y tajante sobre lo que será esta primera parte (miras el tracklist y ves que luego vienen los dos primeros singles), y con ella ya empiezas a pronunciar anticipadamente las clásicas palabras: “Esto será un discazo”. La influencia de Ariel Pink está presente en las voces femeninas, el estilo “pop oriental” que suele acostumbrarnos y el riff de sintetizador.
“Little Dark Age” continua el viaje por medio de pesados bajos eléctricos y un estribillo donde la voz solitaria de Andrew parece imitar a la del mismo Neil Tennant. Un synth pop de finales de los ochenta, oscuro como el secreto que se guarda y que hace alusión la letra y título.
La mejor canción del material, “When You Die”, trata sobre lo que nos pasa, o más bien a nuestra alma al momento de morir, guiado todo por un psicodélico pop de guitarras que nos hace sentir como si viajáramos por una montaña rusa en velocidad moderada mientras agitamos nuestras cabezas lentamente. Es lo más parecido al Oracular Spectacular del trío inicial que en su video bastante alucinógeno nos muestra la travesía de un mago al momento de pasar a mejor vida. Al final de la canción nuestra maquina andante se detiene para lo mejor.
No hay nada más nostálgico que el pop de los ochenta, en su momento igual de formulaico que el reggaetón, pero más pegadizo que ello imposible. “Me and Michael” es la gran sorpresa del disco, pues uno no se esperaba nada de esto definitivamente. Con reminiscencias a New Order, de nuevo a los Pet Shop Boys, o para no irnos tan lejos en el tiempo a M83, es una explosión de ternura, euforia y pista de baile a la vez, todo en uno. No sabemos quién es "Michael" pero de seguro fue un agradable sujeto.
El marqueting detrás de la canción es bastante singular, pues así como el mismo video relata, se trata de un supuesto plagio de la canción de mismo nombre de una banda Filipina de nombre True Faith cuyo videoclip fue lanzado realmente (la banda también existe) 6 días antes que el de los MGMT. Este suceso en el trabajo audiovisual del dúo se convierte en toda una tragicomedia con varios gags frikis imperdibles.
“TSLAMP” es otro homenaje más para los creadores de discos como Behaviour o Actually. Un tema dominado por los bajos y efectos electrónicos que desembocan en un “coro gay” celestial (do do do do…). Ni del solo de guitarra se olvidaron, buen trabajo. Por otro lado “James”, que está dedicado a un compañero ocasional de banda para las presentaciones en vivo de mismo nombre, es un medio tiempo tranquilo con voz Iggy Popezca, hipnótica, que se encarga de abrir la segunda parte más experimental. Muy bella canción que hace buen dueto con la anterior.
“Day That Got Away” es el anunciado instrumental, que escuchado por separado es una verdadera locura, pero dentro del disco parece que le quita un poco el ritmo, y eso puede que sea por su extensión de casi 5 minutos. Es lo más cercano a sus últimos trabajos, un verdadero trance sonoro al salir de un pub party (los “day that got away” parecen llamarte para seguir bailando, pero tú ya no puedes, o ya no quieres).
“One Thing Left To Try”, la octava pista es el ejercicio más caótico, con enormes y potentes bases que retumban mientras de nuevo Andrew nos canta sobre su deseo de no morir todavía. Llegando al final de ésta nos encontramos con uno estribillos corales que bien podrían salir de las cuerdas vocales de Panda Bear y a un piano tenebroso, así como la portada que consiste en un fondo amarillo con un payaso granulado que hace referencia a “el grito” de Edvard Munch.
“When You’re Small” nos lleva exclusivamente a los 60´/70’s por medio de un rock sinfónico con cuerdas épicas anunciándonos que el final ya se acerca. Ningún instrumento electrónico hace su aparición aquí, sonando tan natural como podría y debería. El disco culmina con la balada “Hand It Over” un cierre ideal que calma las aguas ante todo lo tumultoso despliege de talento que hemos escuchado. Coescrito con Ariel Pink es una pieza lenta, emotiva y romántica que bien puede acompañarnos en esos momentos de soledad.
Pues bien, MGMT retornaron al pop con un resultado satisfactorio. No es mejor que Oracular Spectacular, el impacto de éste jamás se igualaría, pero definitivamente estamos ante el trabajo más accesible, corto, completo y escuchable de principio a fin del dúo.
Tiene pistas destacables, como “Me and Michael” que no es una de las canciones del año, pero si la que más escucharas por lo adictiva que resulta. El disco tampoco es grandioso, sí uno muy entretenido que revive (así como lo hace con el grupo) la época cuando se hacía el mejor pop, fusionado con la siempre bienvenida psicodelia sesentera. Le bastan fundamentos para ser, por lo menos, uno de los álbumes del año.
1. She Works Out Too Much (8,5)
2. Little Dark Age (8,5)
3. When You Die (9)
4. Me and Michael (9)
5. TSLAMP (8)
6. James (8)
7. Days That Got Away (7,5)
8. One Thing Left to Try (7,5)
9. When You're Small (8)
10. Hand It Over (8,5)
Especial para: Una noche solitaria... entre tú y Michael / los amantes del pop de los 80's