WONDERFUL WONDERFUL - THE KILLERS (2017, USA)

“No puedo seguir fingiendo que esta próxima parada no es mía. La verdad está sobre la mesa, alguien tiene que firmar. He hecho mi mejor defensa, pero los golpes comienzan a aterrizar. Me estoy deslizando en algo que no entenderás, Pero no te rindas, porque estoy solo en una rutina. Estoy escalando, pero las paredes se siguen acumulando” (Brandon Flowers, Rut)

“Wonderful Wonderful” es el título del más reciente trabajo de The Killlers luego del fracaso que supuso Battle Born (2012) y la aventura en solitario de su vocalista Brandon Flowers con The Desired Effect (2015). En este nuevo trabajo se mejora aquellas propuestas llegando a firmar los de Las Vegas uno de sus trabajos más redondos en años (desde Hot Fuss para ser exactos) pero aun así este sigue careciendo de lo que siempre andamos pidiendo a la banda, una propuesta nueva e interesante.

El disco es muy liviano, rico en producción, pero pobre en pretensiones artísticas y como mínimo tiene una media hora de puro aburrimiento ¿Hay un culpable para que esto ocurra? Si y lo nombraremos a continuación.

El material se abre con la canción que le da nombre, “Wonderful Wonderful”, de esas canciones preparadas especialmente para ser tocada en un estadio con 50.000 personas. Luego de una especie de “llamado a la tribu”, potentes percusiones abren paso a un estribillo que tranquilamente puede ser una adaptación de “The Chain” de Fleetwood Mac. Otro problema que ya empieza con esta pista es que es demasiado larga para dar inicio al disco, le sobran 2 minutos sin exagerar.

Y aquí tenemos a la culpable de todos los males del disco, la estúpida y sensual “The Man”, un pop grandilocuente que parece un híbrido entre los hitazos de los Bee Gees y Depeche Mode (y ojo que aparece el voocoder de Daft Punk y la caja registradora de Pink Floyd). Hay que decirlo, es un temazo rompepistas, te pone a bailar como demente en sus 4 minutos lleno de ganchos, pero la misma también es la que se encarga de romper con todas las expectativas siguientes del disco una vez que se termina. La canción me gusta, pero no junto a estas otras diez que de seguro quisieran ser igual que ella (y deberían).

Con “Rut” inicia el calvario, al igual que la constante imitación a U2. La letra digamos que la salva ya que es muy bonita, ésta narra desde la perspectiva de Tana, la esposa del vocalista Brandon Flowers, sobre el estrés post traumático que la aquejaba desde niña. Digamos que es una canción de superación, típico ¿no?.

“Life To Come”, la cuarta pista, parece hacernos escuchar la guitarra The Edge mientras el señor “florecitas” lanza unos alaridos muy a lo Bono. Un tema que ya escuchamos tantas veces, pero en interpretaciones de diferentes artistas. Nada memorable.

“Run For Cover” es la que recupera algo, con sus guitarras introductorias marcando una nueva velocidad, la que tanto necesitábamos y pedíamos nuevamente. Tras un guiño al “Redemption Song” de Bob Marley el estribillo desprende un halo de vida, aunque resulta bastante predecible la épica a lo Bruce Springteen que continúa en “Tyson vs. Douglas”, una composición sobre lo mucho que le afectó a Brandon la derrota de su ídolo Mike Tyson durante su niñez, suceso que el mismo utiliza como ejemplo de superar las grandes derrotas y las recaídas emocionales (algo que le pasó Tyson una vez que perdió).

Luego está “Some Kind Of Love”, un medio tiempo bastante ochentero que desgraciadamente es puro aburrimiento para los oídos, y digo desgraciadamente por que por ahí dice que el gran Brian Eno colabora en esta pista, aunque por más que lo busque no lo encuentre a él y a su genialidad por ninguna parte (Bueno ya, en los ruiditos ambient).

“Out Of My Mynd” me encanta, porque soy amante del synth pop nostálgico y porque la verdad es una canción muy buena, sin embargo me sigue molestando la voz de Bono infiltrada en los estribillos (y eso que la voz de Brandon era muy diferente en su primer disco, ¿Será una especie de metamorfosis?). A continuación, otra vez aparecen los Depeche Mode en la oscura “The Calling” que curiosamente trata sobre el llamado a de los discípulos ante Jesús (Reach Out, Touch Faith!). Por último, “Have All the Songs Been Written?” un corte prescindible y sin nada que ofrecer que pone punto final al álbum que pasó sin pena ni gloria.

Así, “Wonderful Wonderful” el álbum con la “caracola mágica” en la portada no es tan maravilloso como dice su título, es un disco bien hecho, bien producido especialmente apuntando hacia las pretensiones comerciales pero que carece de vida mientras más lo escuchas, que demuestra poca originalidad cuando vamos reconociendo sin problemas las influencias que te chirrían los oídos. Tampoco encontramos grandes hits como en sus otros trabajos, sólo “The Man” se salva, y hay una diferencia enorme entre esta canción y las otras que carecen de personalidad.

De igual forma sigo sosteniendo que es de sus mejores discos (donde únicamente su debut es más que aceptable) y que de alguna forma este material trajo de nuevo al ruedo a la banda que desde hace casi 6 años se mantenía en silencio (llevándolo por primera vez al número 1 de álbumes de Billboard).

The Killers no es una agrupación de discos, es una banda de conciertos, de shows y esto queda más que demostrado. Iniciaron como banda de rock alternativo, pero ahora son unos artistas de pop más, que con eficacia sedujeron a una nueva generación de millenials que de seguro los conocen con suerte por Mr. Brighside. Ahora llenan estadios y encabezan festivales que gracias a su carismático frontman se han ganado millones de fans.

Poco o nada importará entonces la calidad del material más reciente que hayan lanzado cuando uno esté vibrando en su concierto del próximo miércoles 21 de marzo, estando la banda de Las Vegas en donde siguen siendo buenos, encima del escenario.





Puntaje del disco



1. Wonderful Wonderful (6,5)
2. The Man (8)
3. Rut (7)
4. Life to Come (5,5)
5. Run for Cover (6,5)
6. Tyson vs Douglas (6,5)
7. Some Kind of Love (5,5)
8. Out of My Mind (7)
9. The Calling (6,5)
10. Have All the Songs Been Written? (5)


Especial para: Reproducirlo al despertar de madrugada y sin ganas de volver a dormir, omitiendo “The Man” claro.


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