"En
un retro-futuro no muy lejano, un grupo de robots compasivos y conscientes de
sí mismos se han encargado de resolver la paradoja más antigua de la humanidad:
su tendencia a la destrucción y el caos sin fin a pesar de su anhelo de
creatividad y alegría ilimitadas. Después de un examen exhaustivo de los
mayores intentos y derrotas de la humanidad, llegaron a un consenso. Todos los
demás paradigmas y ejecuciones anteriores han fallado. La música es la única
forma de salvar a los humanos." (Santiago Ferreira, Prologo de Music, The
Only Way en Bandcamp)
Santiago "Santi" Ferreira fue
un joven estudioso del arte musical en nuestro país, que desde chico ya
componía sus propias canciones y que por otro lado también se gradúo de
ingeniero informático.
Esas dos pasiones la capitalizaron en lo
que sería su propia música, que luego de breves pasos por el jazz o el estilo clásica
se decantó por el género que más le interesó, la electrónica.
Viajó a finales de la década del 2000 a
Estados Unidos para estudiar música en la Universidad de Kansas, y fue allí
donde conoció a Tugçe Kurtis, una joven turca quien con el paso del tiempo se convirtió
en su segunda mitad artística faltante, para que sus ideas musicales fueran por
fin toda una realidad.
Debutó discográficamente recién en año
2014 con el álbum “Cíclico” donde ya se avispaba sus intenciones de fusionar
estilos tradicionales o folclóricos del mundo con ritmos mecanizados. Luego
junto a Kurtis forma el dúo Santi & Tugçe que alcanzaría cierta repercusión
en nuestro país con la publicación del trabajo "El Regreso del Gallito
(2016)", una espectacular muestra de cómo se podía modernizar la música
paraguaya a través de la electrónica.
Más adelante solo se han dedicado a
publicar EP's cada uno por separado, el de Tugçe se llamó "Songs for My
Grandmother” lanzado el año pasado y el de Santi, es lo más reciente de sus
obras conjuntas "Music, The Only Way". Se trata de un EP de tres
canciones sumamente oscuras y extensas que tratan sobre un apocalipsis robótico
que intenta acabar con el mundo en un futuro distópico.
De las tres piezas la que más resalta es
la última, que de paso su sencillo de adelanto y tema titular: Music, The Only Way.
Como es de suponerse, se trata de una pieza experimental de más de 8 minutos
que suena apocalíptica y sombría. Es un
rejunte tanto del Krautrock de Kraftwerk, el IDM de Aphex Twin o las bases
pegadizas y repetitivas de los primeros Daft Punk.
Constantemente, una voz robótica nos recuerda
en el trayecto de esta pista que la única forma de salvarnos es a través de la música,
mientras (si lo escuchas atentamente) las progresiones que escuchamos se van como
intercalando; cuando desaparece una aparece otra llamativa.
Fue eso lo que más me maravillo de la
canción, en unos segundos que pasan nos sorprende con un pequeño efecto nuevo
al anterior que va sonando, es como si pudiéramos presenciar mentalmente al
genio detrás de las maquinitas apretando constantemente los botones para
hacerlos funcionar.
El synth en modo "Voice Choir"
que aparece en la parte final es lo más, que cierra como broche de oro esta
gran pieza que no sabemos todavía si es lo último del dúo paraguayo/turco que
oiremos en el año, pues en su cuenta oficial de Facebook no dice que nos tienen
todavía un álbum preparado por lanzar. De igual manera uno de sus integrantes
ya ha hecho una de las mejores canciones nacionales del 2018.
Puntaje de la Canción
Especial para: Imaginarte a los robots en el futuro luchando contra la humanidad