ÁLBUMES 2018: BLANC - FERRAN PALAU (España)

“Eso que traes me hace sentir tan bien, que sólo me importa que mañana me lleves más. Pero pasan las horas y sol se pone, siento la puerta y sólo dura un momento. Será un abismo donde he caído o el paraíso que me das tú…” (Ferran Palau, Será Un Abisme).

Cataluña no solo es cuna del que ha sido uno de los clubes de fútbol más poderosos del mundo durante la última década, sino también hogar de grandes músicos y compositores jóvenes. Rosalía, María Rodés, María Arnal, Silvia Pérez Cruz, Raul Refree o las bandas Love Of Lesbian y Hidrogenesse entre otros son los artistas que además de enaltecer a su ciudad con sus materiales discográficos lo han hecho a España entera (bueno, algunos con más repercusión en el exterior que otros)

Pero ojo, que todavía falta sumar otro nombre a la lista y ese el de Ferran Palau, multinstrumentista de la banda Animic que junto a su pareja, la británica Louise Sansom, se ha dedicado a componer canciones de indie pop aderezadas con buena dosis de electrónica llegando a hacer ruido en el panorama alternativo de su país.

Meses después de que saliera “Skin”, ultima placa discográfica de la banda que los llevaría al ascenso definitivo, Palau, lejos de disfrutar ese éxito siguió trabajando en nueva música, pero esta vez solitario pues entendió que se encontraba en un momento creativo lúcido y no quería desaprovechar toda esa inspiración para nada.

Así nació entonces” Blanc” el que sería ya el tercer disco del artista firmado con su nombre, pero el que podemos interpretar como un debut definitivo de su carrera luego de dos intentos. Un disco que contrasta en partes con el trabajo que nos tenía acostumbrado con su banda ya que mientras “Skin” presentaba oscuridad y luminosidad musical, este “Blanc” descansa de lleno en la luminosidad casi celestial que de hecho es descrita por medio un color apropiado en su título (Blanco).

Son diez tracks los nos presenta el bueno de Ferran en un estilo dream pop cálido con cierto aire de espiritualidad y letras sensibles en idioma catalán que claman a un amor verdadero o a varios tipos de amor. Pero si pretendemos encontrarle un calificativo que le quede como anillo al dedo a este trabajo, a mi parecer ese sería el de “sencillez”. Con tan poco, con instrumentos tan tradicionales y un estilo tan convencional el cantautor logra hacer mucho, sus canciones de pop metafísico (como él mismo lo define) cuando le das play suenan una tras otra y todas (o casi todas) te cautivan de alguna u otra manera con alguna melodía que te invita a contemplar las nubes o si prefieres las estrellas.

Ya con un inicio majestuoso como lo es con “A Dins” uno se queda inmediatamente enganchado con la atmósfera. Guiado por soberbios pero delicados sintetizadores, arpegios de guitarra, y por una lengua que más romántica no puede sonar, hacen de esta pista apertura encantadora.

“Flor Espinada” que me recuerda en sus primeros minutos a una Lana de Rey de la era Honeymoon, da continuidad a este ensoñador conjunto de canciones con un estribillo mágico que se rompe en un “pero no hay lugar” (peró no hi ha lloc) cuando bien sabemos que si lo hay y ese es el cielo ahora mismo. Le sigue “Tornar a Començar”, donde las guitarras toman el protagonismo en la primera fracción para luego pasar a una sección instrumental en donde Beach House es el primer nombre que nos aparece en la mente.

Continuamos con la fantástica “Será Un Abisme” una emocionante canción de amor puro que se hace himno al llegar al estribillo y que posee un solo de guitarra que casi se puede sentir como te va rebanando poco a poco el corazón. Una canción pop con todas las letras con una estructura simple pero efectiva que si quiero seguir con esto de comparar con un artista, me recuerda a Christina Rosevigne, una que sigue manteniendo su estilo similar a este sin dejar de “sonar bien”.

“Cavall Blanc” y sus obvios efectos vocales a lo Bon Iver y aire cinematográfico a lo The National sigue manteniendo la vara alta en el disco que se vuelve uno casi indeclinable cuando llega “Res” esa maravilla cuyos sintetizadores como tocados desde lo más alto del cielo son para recostarse sobre de una nube mientras vas levitando, y porque no, con los ojos cerrados y llorando.

Por primera vez en la secuencia se puede oír un sonido más siniestro, el de “Granit” y su distorsión típica de un teclado ochentoso con efecto lo-fi que está acompañado por la forma fantasmal en que susurra sus armonías Palau para esta pieza. Luego como todo no podía ser alto se viene el impensado bajón, tanto “Miratge” como “Novel-a”  carecen de ese gancho que caracterizaba al disco apostando más por la experimentación, haciéndose más notoria esta acción en el segundo caso, un canción que culmina con algo más de fortuna al hacer un mini homenaje al rock progresivo setentero. “Lara” al mejor estilo de Sujfan Stevens y su guitarra es la que cierra el disco de una manera modesta pero muy buena al fin.

“Blanc” es un trabajo mucho más que sólo sólido, es un disco sobresaliente con algunas de las mejores piezas musicales de indie pop hecho por un artista iberoamericano este año, que despide una sensibilidad única y que posiciona, porque no, a Ferran Palau entré la elite de compositores de su país en estos momentos.

Aunque la última parte no se sostiene tanto como la primera (A partir de “Res” como que el disco se convierte en otro prácticamente) es una obra a la cual estoy seguro recurriremos nuevamente  más y más a medida que pasen los años.

¿Y el hecho que esté cantado en catalán puede hacer que no lo apreciemos debidamente? Créeme, ese detalle ni se nota.



Puntaje del disco

1. A Dins   (9)
2. Flor Espinada  (8,5)
3. Tornar a Començar  (8)
4. Serà un Abisme  (9)
5. Cavall Blanc  (8)
6. Res  (9)
7. Granit (8)
8. Miratge  (7)
9. Novel·la  (7)
10. Lana (7)

Especial para: Si lo que quieres es soñar, soñar y soñar



Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto