“Algunos lo llaman dolor, otros lo llaman tortura. Tal vez
lo disfruto, por favor ven a mi casa. Te juro que te amo cariñosamente. Nadie
te puede sostener más cerca, por favor ven a casa” (Yves Tumor, Licking An
Orchid).
Para que un disco resalte frente a los demás hoy en día
tiene que sorprender, una premisa difícil puesto que la frase “ya se ha hecho
todo lo que se podía en la música” se vuelve cada vez más recurrente a medida que avanzamos
en el tiempo.
Es tanto así que si hacemos un recuento de estos últimos
años encontramos que los discos más aclamados tanto por público y por crítica
han sido lanzamientos que han irrumpido como “una sorpresa” o que consistieron
en solo una acertada vuelta de tuerca al personaje que envolvía a un artista
(Por ejemplo, ahora Frank Ocean se nos convirtió en el hombre de las mil voces modificadas
electrónicamente mientras Kendrick Lamar optó por convertirse en Kung Fu Kenny,
sin olvidarnos que también Lorde paso de ser una amargada adolescente a una
joven amante de las fiestas).
El personaje es muy importante hoy para que un disco se
vuelva relevante o tenga un impacto, y ese personaje viene normalmente
acompañado de un estilo particular, como el que por ejemplo Yves Tumor
indudablemente tiene y ahora nos lo presenta en lo que es su obra definitiva y
más accesible hasta la fecha “Safe In The Hands Of Love”
Tumor es un músico experimental reciente de Miami asociado
con el Hypnagogic Pop, el Ambient y especialmente el “Noise” que alcanzó cierta
notoriedad con su placa discográfica “Serpent Music” en el año 2016. Con un
gusto musical bastante ecléctico, algo que puede comprobarse revisando su obra,
éste misterioso personaje buscaba hacerse un hueco en el mundo de la música electrónica
experimental empleando varios seudónimos como Shanti, Bekelé y Behanu con los
cuales se tomaba la libertad de tomar diferentes caminos musicales que lo
acercaran al reconocimiento.
Y toda esa experiencia tal parece que lo catalizó en lo que
es su trabajo más reciente con el nombre de Yves Tumor, “Safe In The Hands Of
Love” un disco que escapa de todas las etiquetas posibles con una enorme
soltura y calidad. Una colección de 10 tracks “extraños” pero lo suficientemente
llamativos como para quedarse revoloteando en tu mente una vez teniendo
contacto auditivo con ellas.
Esto se suma a la inquietante portada que posee el trabajo,
donde se ve a una especie de demonio verde (el mismo Yves) que puede ser divisado de forma un
poco borrosa y que por lo menos por estos lares podemos encontrarle un curioso
parecido con un personaje mitológico nocturno. Y aprovechando esto, lo que les
recomiendo es que al escuchar el trabajo ignoren precisamente esa portada para así
no crearse un falso prejuicio de que el disco es uno de música oscurentista o
tan hardcore que no puede ser escuchado por oídos “no entrenados”, porque no es
así. Al no asociar con esta imagen la música hablará por sí sola (verán que
tengo razón si lo ponen a prueba)
A lo que me refiero es que el álbum contiene canciones las
cuales el propio Yves entiende que son piezas pop modernas interpretadas a su
manera y ellas despiden diferentes influencias a lo largo del minutaje que no
tiene nada que ver con sonidos precisamente demoniacos. Por ejemplo, el tema de
apertura “Fait In Nothing Except in Salvation” suena a como los acordes finales de una
canción Soul con trompetas y potentes golpes de bateria, repetidas una y otra
vez al mejor estilo de un Kanye West, creando el clima aturdido que
caracterizará al trabajo.
Luego viene “Economy Of Freedom” que pese a ser la segunda
pista suena a otra nueva introducción de la obra. Al principio nos dibuja un
paisaje apocalíptico a través de un collage sonoro que recordaría en primera
instancia al venezolano Arca pero luego ésta pasa a convertirse en un estupendo
tema trap, donde podemos apreciar las primeras muestras vocales de Tumor, que por
lo menos en esta ocasión se asemejan a la de un Bon Iver .
En la tercera posición encontramos a “Honesty” que se
escucha como si Aphex Twin y Burial hubieran tenido un hijo pródigo. Una
tremenda pieza de IDM que se acrecienta en puntuales momentos hasta llegar a
terrenos del House, tan de moda en estos últimos días (cof cof, Nicolas Jarr… cof
cof, DJ Koze).
A continuación, tenemos a un clásico instantáneo, “Noid” a
la cual no haría falta hacerle una prueba de ADN para darnos cuenta que tiene
un enorme parentesco con The Avalanches (En el sampleo) o DJ Shadow (en las
asombrosas percusiones). En este track, que repito es estupendo, Yves Tumor
canta casi como un blanco británico mientas la mágica base nos hace sentir como
si estuviéramos volando por los aires. Es lo más pop que ha hecho hasta ahora y
gran contendiente a ser una de las mejores canciones del año.
Ojo, que todavía hay más “pelotazos”, pues estamos en parte
media del disco a la que podemos definir como la más accesible. Ahí están “Licking
On Orchid”, un magnifico y envolvente trip hop con un estribillo que parece
salido de principios de los 2000 y “Lifetime” un tema más experimental pero con
aura luminoso cuasi ochentero con unas frenéticas percusiones. El primero (en
colaboración con James K) tiene un ritmo más marcado y un momento para sentirse
a gusto con su querido “noise”, mientras que el segundo pasa rozando lo “emo” y hasta el tinte cinematográfico gracias a esas
cuerdas finales.
“Hope In Suffering” es un spoken word sobre otro collage
apocalíptico más. Tumor (con una voz modificada que lo hace sonar a la de un personaje
terrorífico de videojuego) se presenta como un profeta que no trae precisamente
buenas nuevas mientras el mundo se va autodestruyendo poco a poco, algo que se
puede sentirse casi como una experiencia 4D cada vez más intensa a medida que avanza
la pista, que al final te deja simplemente sin aire. Luego está “Recognizing the Enemy”, que para
mí suena como una canción no terminada del fallecido trapero/rockero Lil Peep
que fue perfectamente rescatada y perfeccionada añadiéndole entre otras cosas
un majestuoso solo de violín en el medio. Es otra de las puras delicias que nos
entrega el álbum, que en su 8 pista todavía no deja de sorprendernos.
Las dos últimas pistas son las más ruidosas, con varias
paredes de sonido que desde mi punto de parecer son las más interesantes o las
que más aportan al trabajo. “All The Love We Have Now” es un track dance con
efecto que parece una cierra cortando con ritmo calmado que su parte media
encuentra la placidez con un synth pop lo fi que nos remite inmediatamente a
John Maus y su obra.
¿Y “Let The Lioness In You Flow Freely”, qué nos trae como
cierre ante tanta imprevisibilidad y genialidad anterior? Pues un ruidazo que
es una tremenda locura, y cuya gran virtud es lograr que uno se sienta
placentero escuchando una orgía de “fuzzes”, bateríaS y hasta gaitas que no
dejan oír nada de lo que muy en el fondo Yves no dice. Lo que termina despidiéndonos
luego 5 minutos de éxtasis es un resultón sample ochentero que nos hace
volvernos a nuestra realidad.
Resumiendo “Safe In the Hands Of Love”, no es una obra
maestra pero sí un gigante esfuerzo de música experimental que ya tiene
asegurada la etiqueta de clásico de nuestro tiempo. Y para seguir con las
buenas impresiones que me provocó escucharlo hasta me animo a decir que es rel
disco “más 2018” del 2018. Era lo que pedíamos, algo arriesgado y con estilo
propio que puede gustar como también no gustar.
Tal vez no sea un álbum musical trascendental de la historia,
pero si uno al que no se dudaría acercarse otra vez cuando necesitemos algo
raro que escuchar.
Puntaje del disco
1. Faith in Nothing Except in Salvation (8)
2. Economy of Freedom [feat. Croatian Amor] (8,5)
3. Honesty (9)
4. Noid (10)
5. Licking an Orchid [feat. James K] (9,5)
6. Lifetime (9)
7. Hope in Suffering (Escaping Oblivion & Overcoming Powerlessness) [feat. Oxhy & Puce Mary] (8)
8. Recognizing the Enemy (8,5)
9. All the Love We Have Now (8,5)
10. Let the Lioness in You Flow Freely (8)
Especial para: Una viaje durante la noche, ver el paisaje oscuro por la ventana de un auto en movimiento mientras escuchas este álbum es lo máximo.
Tags:
reseña