MIAMI - BABASÓNICOS (1999, Argentina)

“Todos en el mundo somos grasa, No hago distinción de sexo y raza, Sólo que unos lo disfrutan y otros no pueden evitarlo” (Adrián Dárgelos, El Sumun, 1999).

Ya se está haciendo costumbre las visitas de Babasonicos en nuestro país, prácticamente podemos decir que la agrupación de Adrián Dárgelos es amiga de Paraguay. Estamos hablando de una de las bandas de pop rock español más exitosas del nuevo siglo, aunque el inicio de su carrera ya data de hace 27 años, cuando en 1991 surgían como una de las agrupaciones argentinas de la nueva ola del rock “alternativo”.

Debutaron con el disco “Pasto” uno bien rockero con influencias del Canción Animal de Soda Stereo (como todo el rock español quizo a principios de los 90’s) y de Stone Roses a que luego le añadieron elementos electrónicos gracias a la llegada de DJ Peggyn en la mucho mejor “Trance Zomba” lo cual los convirtió en toda una novedad (¿Una banda de rock con un DJ? Sí).

Más tarde “Dopadromo” llevo a su música hacia senderos más barrocos y un año después “Babasonica” una vez más cambiaría radicalmente a la banda mediante su obra más oscura con, incluso, varias referencias satánicas desplegadas por ahí (Ahhh… Entonces Shakira y Maná no fueron la únicos que se vendieron al Diablo, ya entiendo).

Todos estos primeros discos muy desiguales (y buenos) representaban indiscutiblemente la búsqueda desesperada de la banda de Lanús por encontrar su identidad, una que la encontraron por fin en 1999, año en que transcurrirían los últimos meses de gobierno del polémico presidente Carlos Menem, hombre que se encargó de “vaciar” a la Argentina dejándola en una profunda crisis que duró hasta principios de siglo y cuyas secuelas continúan (y a quien conocemos muchos por “Sr. Cobranza” de Bersuit Vergarabat).

Tal parece que a los miembros de Babasonicos (como a toda la nación) les tocó muy fuerte este problema, tanto que decidieron publicar su primer disco de tintes políticos y uno que repudie directamente a la mala administración del gobierno titulado “Miami”. Este nombre surgiría ante los constantes viajes “relámpago” que hacia el presidente a la ciudad estadounidense y sobre todo por la frase que pronunció una vez de que su país era una potencia (como USA).

Satíricamente esto se ve reflejado en la portada, donde un mapa negro de Argentina da un vuelco de 90° para mostrar el cierto parecido que tiene con una de las costas norteamericanas, específicamente donde se encuentra Miami, que aquí no es otra cosa que la provincia de Misiones. Una de las portadas más ingeniosas de la historia, no hay duda.

El álbum es un compendio de 18 canciones (el más largo que tienen en cuanto a duración) de diferentes estilos que vendrían a ser las primeras muestras de lo que sería el porvenir de la banda en el nuevo milenio. Hay electrónica rica en samples, folk, música barroca u orquestal, psicodelia, hard rock, surf rock, funk, rap, estilo Western, baladas y hasta los primeros boleros de la banda. Sobre esto último hay que añadir que fue el primer disco donde predominaban temas románticos (muchos de ellos son metáforas disfrazadas que hablan sobre el gobierno). El sonido general del disco lo hace ver casi como una sinfonía, que según el mismo Dárgelos, cuenta con las influencias de los discos de The Beach Boys y The Zombies (ya saben qué discos mencionó).

Este sería el último trabajo en el que participaría el antes mencionado DJ Peggyn, principal responsable del sonido por el cual siempre identificamos a la banda. Pese a que su retirada del conjunto fuera sorpresiva y no muy ruidosa (sólo agarro sus cosas y se fue. Ahora es un pastor), musicalmente su despedida fue más formidable, dejándonos hermosos pasajes instrumentales en este trabajo y sobre todo lo más importante, la influencia. Los futuros éxitos bailables de Babasonicos le deben mucho, muchísimo a este hombre.

Bien, Miami se abre con un clásico y un temazo, “4 A.M.”, un riff de guitarra adornado por samples de xilófonos pasa a ser un trip hop lleno de suspenso en la que se habla sobre una mujer que debe dejar, a toda costa, su casa llena de problemas (que representaría a la Argentina). Exquisitos son los arreglos de cuerdas aquí, mientras el vocalista le repite a la mujer “huye conmigo”.

“Desfachatados” es un country sureño electrónico bastante divertido que musicaliza una estampida de gente sin escrúpulos que va arrastrando todo a su paso. Es famosa por su frase pegajosa “te robo, te mato, te limpio” y por aparecer en la publicidad del canal de cable AXN o de alguna que otra empresa de nafta. Termina con los caballos bandidos levantando polvo a su paso.

Mariano Roger, guitarrista de la banda cual George Harrison se afianza en la composición con este disco, en un tema que lleva el nombre de otro beatle “El Ringo”. Una bellísima pieza sobre un hombre que no se separa por nada del mundo de su amada que sufre de una enfermedad terminal. Cantado primero por Dárgelos y luego por Roger ésta se presenta al inicio como una canción apacible (su sample inicial de un coro angelical es simplemente majestuoso) ambientada por flautas y xilófonos que después se convierte en un “éxtasis rockero” sin igual capitaneado por las vigorosas baterias.

“El Sumun” es otro de los temas famosos de la banda, un hard rock que habla de los “Moncho vip” (o los grasa) inconformes con el menemismo que en su brevedad es una explosión de pensamientos de revolución. Luego tenemos a la sinfónica “La Roncha”, de unos sublimes arreglos de cuerda y unas trompetas que van trasladando a la canción hacia un épico final que parece sacado de una serie sobre temas bélicos. En ella hay frases muy directas y memorables como “el clamor de una nación, nostalgia desafinada” o “En esta visión no hay mañana, como se diluye el porvenir”.

Para sacarnos la tensión aparece la bailable “Paraguayana” donde DJ Peggy y su scrach toman el control para darnos ritmos funk, robóticos y hipoperos (ya que hoy el rock no está de moda) y donde nomás nos queda a nosotros dejamos llevar por el swing. Esta pieza sería el primer antecedente de los futuros hits bailables de su carrera más pop y la que además se menciona a sugerentemente a Armando Bo, cineasta chileno. (Por qué lleva el título referenciando a nuestro país, como diría Patricio “eso nunca lo sabremos”).

Con guitarras acústicas de por medio “Valle de Valium” se enorgullece de ser una de las canciones con las más bellas armonías que la banda haya hecho, y que se encarga de volver a traernos la calma en el disco hasta el momento en que llega “Bardo de Estrellas”, un monumental trip hop instrumental con el cual “Peggy” se vuelve lucir y que cuenta con varios efectos locos que hasta hoy siguen de moda.

Mientras una mano va cambiando de estaciones la radio, Isabel “La Coca Sarli” famosa actriz y esposa del mencionado Armando Bo le avisa a un corredor de carreras: “¡Cuidado con las curvas!... No, las mías no tonto”. Esto pasa en “Playboy” una canción dirigida directamente a Menem (Dueño del estruendo, risa de ganador) donde el frontman de la banda, lo que hace esta vez es imitar a Elvis Presley sobre un surf rock que digamos ya anunciaba lo que vendría en el futuro, “Iresponsables”.

“Drag Dealer” de una intro inquietante y psicodélica nos vuelve a acentuar que “todo está en crisis” en una balada que resalta por sus efectos sonoros y lisérgicos cambios. En cambio “Gustavo Show”, entre unos anuncios publicitarios para reavivar la llama de la pasión, presenta al dúo de vocalistas del grupo, creando la fórmula del estribillo pop perfecto y modelo a seguir para la siguiente década (llegando a su perfección en “Putita”).

La rockera “Combustible” nos insiste que hay gente que quema el dinero, mientras muchos necesitan de droga (ósea el combustible de los músicos) para seguir. A continuación “Charada” como anticipando las 50 sombras de Grey va deprendiendo elegancia, sensualidad y majestuosidad en uno de mis temas favoritos, porque soy un ferviente amante de las cuerdas voluptuosas. Siguiendo por el recurrido tema de la velocidad que abunda en este álbum nos encontramos a “Grand Prix”, a la que le otorgo merecidamente el título de “primer himno Babasonico”, puesto que tiene todo de lo que los hizo enamorar a Latinoamérica entera. Es un folk psicodélico y un bolero romántico a la vez (lo segundo de seguro encantó a su ahora segunda nación México) compuesto e interpretado nuevamente por Mariano Roger. Unas de las piezas infaltables que debe sonar cuando estás bien acompañada por tu pareja.

“Colgado”, otro instrumental que transita por una línea más Western a cargo nuevamente por DJ de la banda, da cierto reposo al largo recorrido del material como también ya nos señala la parte final del mismo. Allí tenemos a “Mal Viaje”, una dramática y desoladora pista que parece ambientar una película romántica (escena de una separación o como la letra dice, sobre un abandono) y que finaliza con un poema recitado por el mismo Dárgelos. Los siguientes 3 minutos son para la heavy metal y animosa “El Shopping” (único retazo que quedó de su anterior disco), que por su letra parece sentenciar el fin de esta historia que coincidió en ese momento con el fin de la presidencia de Menem y del siglo XX en sí. Resalta la idea de que por más que el gobierno los quiera controlar ellos son muy hábiles, pues “fuman bajo el agua”.

El disco termina con el mejor tema posible “Casualidad” un pulcro trip hop que suena tanto a Moody Blues como a King Crimson y que tiene momentos memorables por doquier gracias a lo sobrecargada de instrumentación (para bien) que está. El órgano a lo The Doors, la batería a lo The Carpenters, el solo de flauta a lo “Nights in White Satin”, la guitarra a lo “Staiway to Heaven”, todo fusionado dibuja un paraíso sonoro impecable e hipnotizante que merece ser escuchado con suma alerta de todos los sentidos. No sólo se trata de uno de los mejores temas de Babasónicos (quizás el mejor) sino de los más infravalorados del Rock en español.

Así pasó “Miami”, para muchos la obra maestra de la banda, para otros el principio del fin, pues ya para el siguiente trabajo se daría el fenómeno “Jessico” y el resto de la historia ya lo conocemos todos. Para mi éste es el disco de Babasonicos al que más aprecio le tengo (no así el mejor) y el que más recomiendo escuchar para conocerlos.

El único defecto que se le encuentro a este material seria su extensión que por momentos te llega a cansar. Creo que se podría prescindir de unas canciones buenas, para dejar sólo las excelentes y que así fuera una verdadera obra maestra, no solo en concepto (y portada) sino también en su fluir como álbum.

“Miami” significo la última muestra de experimentación de los argentinos, bueno eso hasta el 2016, porque justamente elegí reseñar este discazo al darme cuenta que en el último material en vivo del grupo llamado “Desde adentro – Impuesto de Fé” se habían hecho reversiones de sus clásicos en un estilo electrónico y más experimental muy parecido a lo que tenemos en el éste disco con la portada de “Misiones Beach”.

De allí mi intención de hablar de ellos y sobre este disco, como también mi deseo que sea igual a esa la puesta en escena que nos traigan para el día 21 del mes, cuando por enésima vez Babasonicos toque en nuestro país. Una banda que a pesar de los prejuicios siempre será una de las mejores de habla hispana, y en parte gracias a este discarral.



Puntaje del disco


1. 4 AM (9,5)
2. Desfachatados (8,5)
3. El Ringo (10)
4. El Sumum (9,5)
5. La roncha (9)
6. Paraguayana (8)
7. Valle de Valium (9,5)
8. Bardo de estrella (8,5)
9. El Playboy (8,5)
10. Drag Dealer (8)
11. Gustavo Show (8)
12. Combustible (7,5)
13. Charada (9)
14. Grand Prix (9)
15. Colgado (8)
16. Mal viaje (8)
17. El Shopping (7,5)
18. Casualidad (10)

Especial para: Los que dicen que Babasonicos son una mierda/Escucharlo fumando



1 Comentarios

  1. Muy buen artículo sobre este gran disco.

    La canción "Paraguayana" menciona a Armando Bo el cual es argentino, no chileno. Y fue el marido de Isabel Sarli, una actriz de películas exploitation. Tienen alguna que otra película ambientada en la triple frontera y en Paraguay (ahora se me escapa el nombre de alguna de las películas) y creo que de ahí la referencia. La canción "La roncha" también se refiere a Sarli y su peculiar cine (tiene una película llamada "Fiebre", un leitmotiv de la canción)

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