"18 años y no es gracioso como se siente

Cuando empiezas a descubrirlo: la vida es real"

Cuando The 1975 logró el éxito tanto de las listas como en la crítica con "A Brief Inquiry Into Online Relationships", muchos (y me incluyo) ya vaticinaban que ese era el nuevo rock y la línea que se seguiría en el futuro con las bandas de este género. Tres años después debemos aceptar nuestro error.

La nueva generación de adolescentes sigue fascinándose aún con géneros que tuvieron popularidad hace ya 40 años antes como el punk, post-punk, el heavy metal, y subgéneros antes de culto como el Shoegaze o el hardcore. Es en este último estilo musical en donde han irrumpido con todo el quinteto de Baltimore llamado Turnstile.

Una banda que ya había gozado del reconocimiento en el 2018 (sí, el mismo año que los The 1975) con el disco "Time & Space" que los posicionó como la gran agrupación de hardcore punk de ese año (Kerrang! les dio su #1 en su lista final) llegando entonces a la cima con apenas dos discos publicados.

¿Se quedarían allí o buscarían ir más allá? ¿Se renovarían o morirían con la suya? Pues bueno, llamaron a Mike Elizondo, antiguo productor de hip hop que se hizo conocido por los hits "Real Slim Shady" de Eminem o "In Da Club" de 50 Cent pero que a día de hoy se ha vuelto el rey midas del rock juvenil produciendo a Twenty One Pilots o 5 Seconds of Summer, y además se amigaron con el siempre camaleonico Blood Orange... obviamente han elegido el camino de la evolución.

Así tenemos a "Glow On" un disco que difícilmente pueda ser encasillado en el hardcore trayendo cosas quizás no tan nuevas para el pop, pero sí para este estilos rígido y pesado del rock dando un resultado general atrayente que nos invitan a pensar si este será (ahora sí) el verdadero camino del "rock de los charts". Lo primero que resaltan son las vocales Brendan Yates con más capas de lo habitual que nos da la sensación de estar escuchando un álbum de Panda Bear haciendo hardcore punk. Claro, pero cuando toca gritar, especialmente en los estribillos, lo hace y es contagiante.

Como anticipaba hay mucha mezcolanza de géneros,  por ejemplo una canción empieza como un dream pop y luego de repente termina pareciendo thrash metal y creo que la convivencia de los géneros esta bien lograda aquí, gracias a que siempre encontramos un coro que parece estar hecho para que una multitud lo acompañe en un concierto y que queremos volver a escuchar. Eso si cuando la formula ya empieza a repetir, el disco decae un poco, sobre todo en su último tercio.

Lo mejor del disco es sin duda esa primera ráfaga de 7 u 8 canciones en donde solo uno supera levemente los 3 minutos de duración, encabezada por el hitazo "Mistery" en donde Elizondo deja su sello en la producción, una canción pop hecha rock con solo de guitarra incluido. "Blackout" es otro temazo de varios cambios de ritmos, pero es "Don't Play" el que se destaca en ese aspectos con sus baterías tribales y el estribillos en donde un teclado hace la diferencia. "Underwater Boi" con sus guitarras tropicales al principio te da la vida, una de las mejores canciones del disco en donde al parecer colabora Julien Baker. "Holiday" es fantástica creando esa expectación para luego irrumpir con todo y "Humanoid/Shake It Up" parece ser el homenaje al thrash metal del grupo, sencilla y cortita, seguida por el groove pesado de "Endless" y que luego termina todo este huracán con "Fly Again".

En "Alien Love Call" es en donde el disco se parte en dos, allí Dev Hynes lleva al conjunto a su terreno en un bonito dream pop. "Wild Wrld" y "Dance-Off" pueden considerarse canciones random pero necesarias en ese momento del disco tras la pasividad anterior. La nostalgia por el sophisti-pop también se hace presente en "New Heart Desing" y "T.L.C." me recuerda a una canción que ya había escuchado lo cual es muy probable porque es rock alternativo puro. El interludio "No Surprise" coquetea levemente con el R&B para finalmente cerrar el trabajo tirando la casa por la ventana con la punky "Lonely Dezires" no sin que antes Blood Orange haga de la suya con su aura tan propia.

"Glow On" es otra propuesta valiente de los que quieren demostrar que el rock aún puede vender a gran escala sin renunciar a la buena calidad como en los viejos tiempos, nada de poesía intelectualoide sino estribillos contagiantes y la actitud de estar formando parte de una fiesta multitudinaria. Eso sí, extrañamente se nos hace un poco largo y tedioso de escucharlo y eso que los tracks son bien cortitos, pero hay que agregar a favor que los temazos están bien repartidos para dejarnos con la sensación de haber oído un gran disco con grandes, muy grandes momentos.